Este reportaje ―realizado por Diario de Cuba― nos acerca a la historia de Miguel Ángel Orozco, un cubano que a sus 56 años vive del poco dinero que le deja la venta de hierbas medicinales. Residente en la localidad de Capellanías, municipio Caimito, Orozco se traslada hasta Bauta, donde vende sus hierbas.
Pese a que estuvo a punto de buscar otra forma de sustento, argumenta que sus propios clientes ―muy necesitados de sus servicios por la frecuente escasez de medicamentos― le han pedido que no abandone el negocio, y explica cómo incluso la directora de salud del municipio Bauta le ha habilitado un espacio para que comercialice las hierbas en las ferias dominicales.
Natural de Granma, Miguel vendió un pequeño cuarto de su propiedad para saldar una deuda de su hermano y luego, tras un divorcio, se trasladó a La Habana en busca de oportunidades. Luego tuvo un trabajo en una finca, pero lo dejó porque consideraba que lo explotaban.
Diario de Cuba revela también otros aspectos de su vida: "Ocho años de custodio en una empresa citrícola, dos como trabajador de comunales y otros tantos de económico en la Organización de Pioneros José Martí engrosan su expediente laboral. Un título de bachiller y unos hijos en su provincia natal, dan idea de un pasado que parece haber sido menos azaroso. Miguel Ángel Orozco Núñez no es asistido por ninguna institución gubernamental, benéfica o religiosa".
En este vídeo, con humildad y sencillez, Orozco explica su delicada situación económica a la vez que da muestras de su profunda sabiduría en materia de remedios y hierbas.
No obstante, su realidad es dura porque no puede apartarse de una idea principal: “Si no vendo, no como”.
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