Barack Obama regresó a la arena política, nueve meses después del final de su mandato. El ex presidente demócrata ha participado en dos reuniones de campaña, la primera en el estado de Nueva Jersey, y la segunda 500 kilómetros al sur, en Virginia, donde apoyó a los candidatos de su partido a la gobernación estatal.
Las elecciones tendrán lugar el 7 de noviembre, casi un año después de la victoria presidencial de Donald Trump. Obama demostró no haber perdido su popularidad ante los activistas demócratas, que hicieron largas colas para escucharlo y volvieron a corear el "Yes, we can" ("Sí, podemos"), lema que impulsó al ex mandatario a la victoria cuando era un joven senador demócrata de Chicago.
Más de 6 mil personas se reunieron en Richmond, Virginia, y en el público destacaban muchos jóvenes y afroamericanos con camisetas con la imagen de Obama o incluso de toda su familia.
De traje, aunque sin corbata, Obama fue muy aplaudido y llamó a los ciudadanos de Virginia a votar para "enviar un mensaje resonante a todo este hermoso país y el mundo".
En alusión velada a Trump, tambien dijo: "Si para ganar una campaña debemos dividir a la población, entonces no podremos gobernar". Y añadió: "Nuestro valor es más alto no cuando menospreciamos a las personas, sino cuando tratamos de elevarlas a todas juntas".
Aunque hasta el momento Obama ha seguido la tradición de reserva y bajo perfil que han tenido otros ex presidentes tras dejar el poder, en el discurso de Richmond hizo referencia a la división que se está viendo en la sociedad norteamericana y aludió a políticos desagradables que no están haciendo bien su papel.
Luego de tres meses de vacaciones, Obama comenzó a escribir sus memorias, ha hablado poco públicamente y prácticamente no ha concedido entrevistas. Las pocas veces que rompió su silencio fue para aludir a temas claves como la inmigración, la cobertura de salud y la lucha contra el cambio climático.
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