La familia de Zoe María López García era propietaria, antes de 1959, de una casona del Vedado, ubicada en Paseo 311, entre 3 y 15. La vivienda, de 14 habitaciones, era utilizada como casa de huéspedes que se alquilaba a personas mayores, matrimonios y estudiantes. En el año 1962 fue intervenida por la 'Revolución' de Fidel Castro. "Nos quedamos sin nada".
Los propietarios tuvieron que establecerse en uno de los cuartos de la casona. El resto fue ocupado por otras personas: ninguna era familia de Tomás Rodríguez Pérez y Esther García Infante, los padres de Zoe. Esos nuevos "vecinos" tienen desde entonces a la familia como "contrarrevolucionaria". "Me tienen la vida hecha un yogurt", dice en delcaraciones a Cubanet. Le critican que cierre la puerta de la calle porque, según dicen, "se cree que es la dueña". A lo que Zoe contesta riéndose: "Es que en realidad yo soy la dueña".
La Revolución también decomisó la flota de camiones que el padre de Zoe tenía cuando llegó al poder Fidel Castro. Sólo le dejaron una máquina, que luego le quitaron cuando lo sorprendió el G2 llevando a Guanabo a un grupo de personas que pretendía abandonar el país. "Lo cogieron en Brisas del Mar y lo llevaron a Villa Marista. Tenía sesenta y pico de años. Cuando al fin lo soltaron, se quedaron con la máquina".
Para aprovechar el espacio del cuarto donde la Revolución dejó a Zoe, tuvo que hacer una barbacoa. Con el tiempo se vio obligada a reformarla porque se estaba cayendo y la hizo de poliespuma, pero la "chivatearon". "Me pusieron 1.500 pesos de multa".
"Mi mamá era muy fuerte, pero mi papá era apocadito. Veo cómo han desbaratado esto. Yo cuando pienso en ellos me da mucha tristeza", dice.
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