En el mes de mayo de 2016, la imagen de un niño cubano que se encontraba irregular en territorio ecuatoriano, recorrió el mundo. Las cámaras de Radio y TV Martí recogieron el testimonio de su sueño.
Alexandro, que así se llama el pequeño emigrante, envió un mensaje al mundo sosteniendo en sus manos un avión de juguete: "Yo quisiera que este avión fuese de verdad para que me llevara a los Estados Unidos, a Miami".
Casi dos años después, el pequeño ha hecho realidad su sueño, después de vivir una peligrosa travesía desde Ecuador hasta el estado de Texas, donde reside actualmente.
Este campeón, tal y como nos cuenta Martí Noticias, tiene vagos recuerdos sobre aquellos días en que incluso, se le vio dormir a la intemperie en un parque de Quito, la capital ecuatoriana, o a las márgenes de un río, acampando sobre las piedras en la selva colombiana.
Pero ante los evidentes fallos de su memoria, acude su padre, quien relata cómo el pequeño fue el que, a cada rato, le daba fuerzas a su madre durante los momentos más duros de la travesía, con frases como: "Vamos, mamá, sube la loma, que ahora sí nosotros vamos a llegar a los Estados Unidos".
Por estos días, Alexandro se encuentra de visita en Miami.
Luego de una larga y peligrosa travesía, el pequeñín está donde hace dos años dijo que quería estar, como gesto inmenso que nos recuerda que, si nos proponemos una meta, podemos cumplirla.
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