Entre las desfavorables condiciones climáticas de los últimos días y el estado de shock después del trágico accidente aéreo el pasado viernes, La Habana continúa apacible y de luto. La mayoría de los cubanos sienten suyo el dolor de todos los que perdieron familiares y amigos cercanos en la tragedia.
Así lo recoge un reportaje de periodistas independientes desde la Isla para la cadena Martí Noticias. “Es algo con lo que todo el mundo se conmueve, aunque no conozcamos a las víctimas”, asegura una de las entrevistadas.
De catastrófico y doloroso calificaron el fatal siniestro que acabó con la vida de 111 personas, en su mayoría nacionales que volaban a la oriental provincia de Holguín. “La opinión de todo el mundo es la misma. Cada vez que alguien habla del tema, todo el mundo se siente dolido”, expresó otro cubano.
“Uno ve los videos de lo que pasó y se le aguan los ojos. Es muy triste nada más pensar que te puede pasar a ti, es muy triste”, subrayó la entrevistada.
Un panorama similar distingue a Holguín, aún enlutada por la tragedia que segó la vida de 67 de sus hijos en uno de los peores desastres aéreos de la historia de Cuba. "Este es un dolor intenso", reconoció el obispo de la ciudad, Emilio Aranguren.
"El pueblo entero ha estado completamente de luto. Ver morir así de fácil a niñas de meses, a compañeros, a vecinos de años, es algo que uno todavía no comprende", dijo a la agencia Efe Arturo, un bicitaxista local.
Más de medio centenar de víctimas han sido identificadas por los peritos y criminalistas cubanos del Instituto de Medicina Legal, al frente del caso, que también han examinado todas las bolsas con los cuerpos, y han clasificado las pertenencias de las víctimas fatales.
Solo tres mujeres -todas cubanas- sobrevivieron el desastre, pero una de ellas, la joven de 23 años Gretell Landrove, falleció la víspera, por lo que la cifra total de decesos se elevó a 111.
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