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Cubanos quieren que la bicicleta deje de ser un sinónimo de pobreza en la Isla

Para muchos la bicicleta constituye un medio de transporte alternativo que ofrece valiosas ventajas pero otros no dejan de asociarla con el uso que se le daba en los años más duros del Período Especial.


Este artículo es de hace 5 años

El transporte público en La Habana continúa siendo una de las grandes agonías de los residentes en la capital cubana, situación que empeora todavía más en los meses de verano.

Para muchos la bicicleta constituye un medio de transporte alternativo que ofrece valiosas ventajas pero otros no dejan de asociarla con el uso que se le daba en los años más duros del Período Especial, en que se convirtió en medio fundamental para trasladarse en una ciudad ahogada por la crisis económica en todas las variantes posibles.

Algunos de los entrevistados en este reportaje admiten que, efectivamente, existe una especie de “trauma”, un estigma que, más allá de factores prácticos que puedan influir en el uso de la bicicleta o no ―como las altas temperaturas o el mal estado de las calles― marca un cierto estatus de pobreza o de atraso económico.

Con el propósito de desvirtuar esa tendencia, una vez al mes docenas de ciclistas se reúnen para realizar un recorrido de 20 kilómetros por La Habana como parte de un proyecto llamado "Bicicletear", que comenzó hace dos años.

La mayoría de los ciclistas son jóvenes que ven la bicicleta como una forma ecológica y económica de viajar a través de una ciudad donde el transporte público conlleva largas esperas.

Hay quienes reconocen que es una "forma más saludable de mejorar la calidad de vida" y por ese motivo defienden su uso. Sin embargo, no debe pasarse por alto que, pese a que en los años del Período Especial se vendió a la población miles de bicicletas, actualmente el Estado solo vende bicicletas en tiendas de divisas, con precios demasiado altos para la mayoría de la población.

A ello se suma la escasa infraestructura, falta de carriles bici, estacionamientos y servicios de reparación.

Sin embargo, algunos siguen instando a no pensarlo: "Lo mejor es andar en bicicleta. Ahorras tiempo, espacio y eres más libre. Estás contigo mismo, disfrutas un poco más de la ciudad y de todo lo que sucede a tu alrededor. Es genial", explica una de las participantes en "Bicicletear".

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