Durante la entrevista concedida a la cadena Telesur ayer domingo, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, declaró que “el Partido Comunista de Cuba no es un partido de elecciones, es un partido de Revolución”; y añadió: “Es un partido del pueblo, un partido para lograr la unidad”.
En este sentido, precisó su convencimiento de que “el enemigo” sabe que su principal apuesta para “derrotar a la Revolución” es “fragmentar nuestra unidad”, y hacia eso dirige “sus principales apuestas de subversión”.
En otro momento de su intervención, aseguró que "en las condiciones de Cuba el partido no es electoral". Dijo, igualmente, que el Partido Comunista en Cuba es "apoyado por la mayoría del pueblo", y que su papel dirigente tiene que que ver con "razones de fundamentos históricos".
Díaz-Canel aludió a la fundación, por parte de José Martí, del Partido Revolucionario Cubano, que considera "la base de lo que hoy es el partido comunista de Cuba desde el punto de vista histórico", un partido que sirvió para "desarrollar la revolución que le iba a dar la independencia y la soberanía al país, sobre la base de la unidad; un partido que fuera lo totalmente abierto y democrático para incluir los intereses de la mayoría, en función de la independencia y de la soberanía y que no diera posibilidades a rupturas, que no diera posibilidades a la desunión".
"En nuestra historia está muy marcado el tema de la unidad, la necesaria unidad. Cuando uno recorre nuestra historia, cuando hemos tenido brechas en la unidad, cuando se ha fracturado la unidad, hemos tenido los reveses", recalcó.
Asimismo señaló a los jóvenes como los principales destinatarios de las “apuestas de subversión” del enemigo, porque se trata de una generación que “asumió los logros de la Revolución como derechos”.
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