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Diplomática venezolana, víctima de acoso y de un chivatazo de la embajadora en Guyana

Luz León Guillén ha permanecido detenida varias horas en Georgetown pese a su estatus diplomático. Fue despedida el 28 de noviembre de 2017 de la embajada de Venezuela en Guyana, tras denunciar que sufría acoso por parte de la embajadora Reina Margarita Arratia.


Este artículo es de hace 5 años

Luz León Guillén es una diplomática venezolana con diez años de experiencia, que ha estado trabajando en la embajada de su país en Guyana. Pero en el último año las cosas han cambiado para ella: se ha quedado primero sin trabajo y desde ayer, sin auto, la única propiedad que tenía sobre la faz de la tierra.

De su país conserva la nacionalidad, el estatus de diplomática, 5.000 dólares en deudas que le dejó el chavismo debido al retraso de hasta tres meses en el pago de sus honorarios y el mal recuerdo de la embajadora en Georgetown, Reina Margarita Arratia.

Para poder dar de comer a sus hijos en los meses en que su sueldo no llegaba en tiempo, Luz León se dedicó a trabajar como traductora para los cubanos que tienen cita para la entrevista del visado en la embajada de Estados Unidos en Georgetown. También tuvo que pedir dinero prestado, confiesa vía telefónica a CiberCuba.

Ahora, cuando le quedan dos meses para regresar a Venezuela se encuentra que la policía fiscal de Guyana (GRA) le ha decomisado su carro hasta tanto pague impuestos atrasados que suman cerca de 10.000 dólares. Todo por un chivatazo retorcido de Reina Arratia.

A la izquierda, Reina Margarita Arratia. A la derecha, el ex embajador de Cuba en Guyana Julio César González, junto a su esposa. Foto:

Fue la propia embajadora de Venezuela en Guyana quien avisó a la policía fiscal de Georgetown para que sacaran de circulación el auto de Luz León (si quiere recuperarlo debe abonar 10.000 dólares). Les dijo que ella no trabajaba en la embajada desde el 28 de noviembre de 2017. Pero ésa es una verdad a medias.

Es cierto que Luz León recibió su carta de despido el 28 de noviembre, pero también lo es que el 16 de febrero, la embajadora se puso en contacto con ella para anunciarle que había llegado "su desinstalación" y que en marzo pasado, cobró nóminas atrasadas que no le habían abonado aún. La propia Reina Arratia le había dicho que o cobraba en Guyana (en euros) o lo hacía en bolívares en Venezuela.

Tampoco consiguió Luz León que el Gobierno de Venezuela le enviara un pasaje para marcharse de Guyana. Escribió en marzo, abril, en junio, en julio y siempre recibió la callada por respuesta. Sólo en una ocasión le dijeron que estaban pendientes de su caso. Finalmente el pasado día 17 le enviaron los billetes para regresar a Caracas el 1 de diciembre próximo. O sea, ella no permanece en Guayana por decisión propia sino porque el chavismo no tenía dinero para pagarle la vuelta a casa. Por eso permaneció en Georgetown mucho más tiempo del establecido.

Captura de pantalla, donde Luz León pedía sus billetes de avión para regresar a Venezuela. Foto: Luz León.

Hasta que salga de Guyana, según la Convención de Viena, Luz León mantiene el estatus diplomático. Pero para que la policía fiscal de Georgetown deje sin efecto el decomiso de su carro, Reina Arratia tendría que enviar una nota verbal a los agentes del GRA, explicando los motivos por los que ella aún no ha salido del país. Y eso es improbable que ocurra porque ha sido ella la que ha orquestado la maniobra.

En mayo de 2017, Luz León denunció por acoso ante sus superiores en Venezuela a la embajadora de Nicolás Maduro en Guyana. Reina Arratia solía gritarle delante de todo el personal de la embajada o encargarle sólo a ella la redacción de informes "de domingo a domingo". Harta de aguantar, envió un escrito a Caracas pidiendo que le cambiaran el destino porque ella es funcionaria del Estado, no del Gobierno.

A raíz de la carta de Luz León, Reina Arratia le puso una mesa junto a la basura de la embajada y le asignó como única tarea la encomiable labor de destruir periódicos viejos llenos de polvo. Su intención era minar la autoestima de Luz, abogada, experta en Negociación y Resolución de Conflictos, Magister en Estudios Internacionales y Diplomáticos y juez del Interamerican Human Rights Moot Court Competition, un concurso interamericano de Derechos Humanos, que se celebra en Washington.

Luz León (c), junto a los directores de la Academia de Derechos Humanos y Derecho Internacional en la American University. Foto: Luz León.

Desde Caracas le aconsejaron a Luz León que aguantara y así lo hizo hasta que se dio cuenta de que de tanto aguantar se estaba dejando su salud por el camino. "Al saberse denunciada enfiló todo su odio en mi contra", comenta a CiberCuba en un mar de llanto.

De hecho, cuando el esposo de Luz la llamó para avisarle de que le habían detenido para retirarle el carro ella estaba en medio de una consulta con el psiquiatra, que le da terapias para buscar una manera de hacer frente a la ansiedad y el estrés.

Cuando se acercó a ver qué pasada, la policía fiscal de Guyana mantuvo a Luz León retenida durante varias horas pese a su estatus diplomático.

"Me botaron (de la embajada) por haber denunciado a la embajadora. Pagué las consecuencias de hacer público el bullying que estaba sufriendo. Lo único que yo tengo es mi carro y ahora no podré recuperarlo", se queja a CiberCuba.

Lo que le ha ocurrido a Luz León también le ha pasado a otros diplomáticos venezolanos en Filipinas o Australia. El chavismo lo hace a aquellos profesionales a los que considera como miembros de la oposición.

A raíz de su despido, a Luz León la desalojaron de su casa y la dejaron en la calle con su marido y sus hijos. Los dos niños, en edad escolar, "han tenido que sufrir las consecuencias de que su madre haya denunciado a la embajadora bolivariana".

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Tania Costa

(La Habana, 1973) vive en España. Ha dirigido el periódico español El Faro de Melilla y FaroTV Melilla. Fue jefa de la edición murciana de 20 minutos y asesora de Comunicación de la Vicepresidencia del Gobierno de Murcia (España)


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