En Costa Rica las corridas de toros no son un baño de sangre, ni terminan con la muerte del animal, sino con el escape victorioso de los que se atreven a enfrentar la ira de estos bovinos.
A diferencia del toreo en España u otros países, los costarricenses pueden ser multados si le hacen daño a estos animales.
Uno de los toreros "improvisados", como le llaman a quienes se enfrentan al bravo animal, cuenta que desde los 8 años participa en esta tradición.
"Me gustó montar", dice José Enrique Guadamuz, uno de los participantes en la corrida celebrada este domingo en la ciudad de Santa Cruz.
Según una encuesta de la Universidad de Costa Rica (UCR), los ciudadanos de este país se sienten identificados con las “corridas de toros a la tica” y creen que debe seguir existiendo con sus peculiaridades.
Desde finales del siglo XIX y principios del XX este tipo de corrida de toros se extendió por todo el país y en 2015 la seguía más del 60% de la población, según publicó la UCR.
“Siempre las fiestas iban acompañadas con una corrida de toros pero era una corrida muy particular, y por eso la gente las fue bautizando como “corridas a la tica”, porque no era a la usanza española”, dijo el historiador Francisco Enríquez Solano a este centro de altos estudios.
Foto: Captura de pantalla de YouTube.
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