El cubano David Berenguer, que durante nueve meses viajó a bordo de un velero por el océano Atlántico, desde España hasta Florida, ha relatado a Martí Noticias cómo fue su encuentro con las autoridades cubanas al hacer escala en la Isla, el 17 de abril pasado.
El joven contó que al entrar a la Marina Hemingway, en La Habana, le dijeron que primero tenía que pasar por la Aduana, donde le darían la visa.
“Cuba es el único país donde me han recibido así, con militares. Eran como 10 personas con especialidades distintas: drogas, medicina, control de cosas digitales…”, recalcó.
“Hacía más de 60 años que en la Marina no había ninguna entrada así, de un barco de velas, con un cubano que regresara desde Europa; no se lo creían”, añadió.
Tras comprobar que toda su documentación estaba en regla, los agentes le preguntaron al recién llegado si iba a participar en la Bienal de La Habana. Al responderles que estaba en Cuba solo por motivos familiares, le registraron la embarcación y prácticamente le “escanearon la ropa”.
“Después me empezaron al leer la cartilla, que se llama ‘No se puede’”, puntualizó Berenguer.
“Me dijeron: ‘Lo primero es que no puedes haber traído ningún regalito, ni bajar comida, no puedes invitar a nadie a tu embarcación, ni tan siquiera a tu familia, ni navegar con ella en Cuba, ni pescar’”.
“Me cortaron las alas, porque yo quería mostrarle a mi gente cómo vivo en España, que no es gran cosa, pero es un modo de vida diferente”, concluyó.
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