Ofelia es una anciana cubana de 87 años que vive en el pueblo Joturo Abajo, en Santiago de Cuba, sin recibir ningún tipo de asistencia por parte del Gobierno cubano.
Esta mujer octogenaria cuenta incluso que la operaron en La Habana, hace poco tiempo, por una afección en el colon, después de meses grave sin que pudieran realizarle un diagnóstico en los hospitales cercanos.
El esposo de Ofelia murió después de 40 años juntos y ella ha perdido también la posibilidad de cobrar el dinero que recibía a través de la pensión de él, debido a los tres meses que pasó en la capital hospitalizada.
Asimismo, relata que los médicos no llegan casi nunca a Joturo Abajo, un poblado aislado y pobre, ubicado lejos de hospitales y donde el transporte casi no existe.
Esta señora agrega que el consultorio ni siquiera funciona porque está destruido, que cuando dan alguna atención médica lo hacen en otro sitio.
En otro video publicado por la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) recientemente se documentó que los niños de la zona debían caminar entre 8 y 10 km para llegar a la escuela más cercana y lo mismo de vuelta, a diario.
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