Los trabajadores de las cinco bases de campismos de Ciego de Ávila ganan alrededor de 10 dólares al mes, menos de la mitad del salario medio del cubano de 29.6.
La culpa no es de ellos, sino de su empresa, que se afianza en la irrentabilidad económica con un rosario de cuentas por cobrar y por pagar fuera de término, incumplimiento del programa de campistas por días y otras irregularidades denunciadas por los empleados.
Según el periódico Trabajadores, la entidad ostenta 117.100 pesos de pérdidas en el 2017, cifra que se suma a otros 171.300 pesos acumulados en el primer trimestre de este año.
Los salarios que se han pagado en estos meses no han tenido respaldo productivo y sí una base en la insuficiente gestión de los servicios.
Yamilé Álvarez, de la base El Charcazo, en el municipio Primero de Enero, planteó en la asamblea sindical que aunque este año han logrado ser eficientes, continúan devengando el salario escala, algo más del mínimo de 225 pesos, debido al sistema empresarial al que pertenecen.
Los trabajadores denunciaron que aunque el huracán Irma afectó a 46 bases instalaciones en todo el país, fundamentalmente en Ciego de Ávila, Villa Clara y Mayabeque, ellos se esforzaron para rehabilitar los inmuebles.
La recuperación ha implicado gastos, pero la naturaleza no es la única responsable de la incompetencia del sector. Han “ayudado” la inestabilidad de las direcciones administrativas y las consabidas fisuras en el control interno.
A pesar de esos truenos, el Grupo Empresarial de Campismo Popular aspira a alojar un millón de campistas en sus instalaciones este verano.
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