Manuel Marrero: "El bloqueo es una realidad, pero no debe haber autobloqueo"

En contraste, sus recientes discursos han revelado una ofensiva contra el sector privado, amenazas de decomiso y multas, y una admisión de más de 7,700 delitos dentro del aparato estatal en 2024, exponiendo un sistema corroído por la corrupción y la negligencia.


Durante un reciente encuentro con cuadros y dirigentes en el municipio de Gibara, el primer ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz, reiteró su postura sobre el impacto del embargo estadounidense, pero subrayó la necesidad de evitar el "autobloqueo".

"El bloqueo es verdad, es una gran realidad y es la principal causa por la cual estamos así, pero no puede haber autobloqueo”, señaló el funcionario gubernamental cubano según un reporte del Canal Caribe.


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“Nosotros tenemos que ver cómo aquellas cosas que sí podemos transformar, desde las propias condiciones de trabajo, desde nuestros propios recursos, que aunque sean limitados, de nuestra propia potencialidad, tenemos que hacerlo", expresó Marrero.

Estas declaraciones se produjeron en el marco de sus constantes intercambios en el territorio que representa como diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Sin embargo, las palabras de Marrero contrastan con su historial reciente. Apenas días antes, en la inauguración de la Feria Internacional de Turismo FITCuba 2025 en La Habana, el primer ministro volvió a responsabilizar al embargo de Estados Unidos como la causa principal del colapso del sector en la isla, ignorando factores internos como la infraestructura obsoleta, la inseguridad, el desabastecimiento y la falta de conectividad aérea.

El gobierno cubano ha mantenido una narrativa donde el "bloqueo" es presentado como la explicación única de las dificultades económicas del país. Sin embargo, expertos y operadores turísticos han señalado que el deterioro del sector también responde a impagos a proveedores, corrupción, improvisación logística y un debilitamiento institucional que aleja a Cuba de sus competidores en el Caribe.

El "autocontrol" como solución a la crisis interna

De igual manera, las declaraciones de Marrero en Gibara no son una excepción dentro de su discurso oficial. En abril pasado, durante una reunión del Departamento de Prevención y Enfrentamiento al Delito del Consejo de Ministros, el primer ministro llamó a fortalecer la "cultura de autocontrol" dentro del aparato estatal.

Pero esta llamada al "autocontrol" se dio en un contexto alarmante. En 2024, se detectaron más de 7,700 infracciones dentro de las entidades estatales cubanas, revelando una estructura corroída por la negligencia, el descontrol y la complicidad.

De acuerdo con Darío Delgado Cura, jefe del mencionado departamento, el 56% de las infracciones detectadas estaban vinculadas a fallos internos de gestión, lo que incluye problemas en la organización, dirección y supervisión.

“El delito muchas veces se comete porque el de adentro se confabula con el de afuera, o porque el sistema tiene vulnerabilidades que son aprovechadas”, reconoció Delgado Cura, poniendo en entredicho la efectividad del tan proclamado control revolucionario.

Las cifras de delitos e irregularidades, sumadas al discurso oficial de Marrero, revelan un sistema estatal atrapado en una crisis de credibilidad. Mientras el primer ministro insiste en que la solución es reforzar el "control interno" y la "exigencia", no hubo mención a responsables sancionados, medidas concretas o resultados efectivos de prevención.

Incluso en sectores críticos como el de energía, se evidenció un incremento alarmante en el robo de combustibles, especialmente en servicentros de Cimex y puntos de venta de gas licuado de Cupet.

La venta ilícita de estos recursos, cada vez más escasos para la población, se ha convertido en un negocio floreciente ante la mirada cómplice o indiferente de las autoridades.

El discurso de Marrero se sostiene en el concepto de "resistencia", pero la realidad desmiente las consignas.

Mientras los principales dirigentes insisten en la necesidad de "autocontrol", "exigencia" y "conciencia", los delitos y las pérdidas de recursos estatales siguen acumulándose. Las causas estructurales del problema, salarios miserables, falta de incentivos, corrupción institucionalizada y un sistema que premia la obediencia más que la eficiencia, permanecen intactas.

En tanto, la narrativa oficial se mantiene. Los cuadros deben ser más exigentes, los trabajadores más conscientes, y los recursos del pueblo deben ser protegidos. Pero en un país donde cada vez hay menos que proteger y más que sobrevivir, la cultura del control parece más un gesto simbólico que una solución real.

Preguntas frecuentes sobre la situación económica y social en Cuba

¿Qué significa el término "autobloqueo" mencionado por Manuel Marrero?

El "autobloqueo" se refiere a las barreras internas creadas por la propia gestión gubernamental que impiden el desarrollo económico y social en Cuba. Manuel Marrero destacó la importancia de que Cuba elimine estas barreras internas, sugiriendo que hay aspectos que el país puede mejorar independientemente del embargo estadounidense.

¿Cuáles son las críticas hacia el discurso de Manuel Marrero sobre el embargo?

Aunque el embargo de Estados Unidos es una realidad, expertos critican que el gobierno cubano lo use como única excusa para los problemas económicos del país. Ignoran factores internos como la corrupción, la obsolescencia de la infraestructura y la mala gestión que también contribuyen significativamente a la crisis económica de la isla.

¿Cómo afecta el "autocontrol" anunciado por Marrero a la gestión estatal en Cuba?

El "autocontrol" hace referencia a la necesidad de que las entidades estatales mejoren sus procesos de gestión y supervisión para combatir la corrupción y la ineficiencia. Sin embargo, las cifras muestran que las infracciones y la corrupción siguen siendo prevalentes. Esto sugiere que el enfoque en el autocontrol no ha sido suficiente para resolver estos problemas estructurales.

¿Qué medidas se han propuesto para mejorar el sector turístico en Cuba?

El gobierno cubano ha anunciado incentivos para la inversión extranjera, la flexibilización de pagos en divisas y la promoción de nuevas modalidades turísticas. Sin embargo, la falta de condiciones mínimas para los visitantes y la infraestructura obsoleta siguen siendo grandes obstáculos. Las medidas anunciadas a menudo no han producido resultados visibles en la mejora del sector.

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Este artículo ha sido generado o editado con la ayuda de inteligencia artificial. Ha sido revisado por un periodista antes de su publicación.


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