El 24 de febrero de 1970 pasó a la historia como la fecha en que se realizó el primer trasplante de riñón en Cuba. Aquel hito ha tenido su continuidad en la actualidad y la Isla ha alcanzado las 5.703 intervenciones de este tipo, la gran parte de las cuales se han hecho a partir de un donante cadáver.
En la actualidad se realizan trasplantes en La Habana, Camagüey, Holguín, Santiago de Cuba y Villa Clara, provincia que logra la mejor tasa de supervivencia del país en cuanto a pacientes injertados al año, por encima del 80% frente al 76.4% que marca la media nacional.
El doctor Osmany Hernández Pérez, jefe de los servicios de nefrología del Hospital Clínico Quirúrgico Arnaldo Milián Castro, de Santa Clara; explicó a Granma que en los últimos 15 años se han llegado a beneficiar hasta 409 pacientes, la mayoría gracias a un donante fallecido.
Desde el sector médico creen que los aportes procedentes de personas vivas pueden aumentar con la nueva ley de donación de órganos, que permite aprovechar los órganos de familiares como tíos, primos, sobrinos y esposos. Es decir, se pueden realizar trasplantes con familiares en primer y segundo grado de consanguinidad.
Según argumentó la doctora Milagros Hernández Fernández, coordinadora de trasplantes en la región central, sólo 458 del total de intervenciones recibieron el riñón de un donante vivo.
Un trasplante puede costar al enfermo unos 750.000 dólares, mientras que en Cuba se realiza de manera gratuita generando un gasto al Estado cerca de 20.000 dólares, incluyendo el tratamiento posterior con inmunosupresores.
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