Los microempresarios cubanos se han puesto manos a la obra para pedir al gobierno de la isla la puesta en marcha de la primera asociación privada de Cuba, según 'The Associated Press'.
"Queremos ayudar a los ciudadanos, a los emprendedores menos agraciados económicamente", aseguró al citado medio Edilio Hernández, uno de los asesores de la agrupación. "Es un proyecto que me gusta y yo como abogado sé las lagunas (legales) que hay para estos sectores", añadió.
La realidad es que los cerca de cinco millones de trabajadores en la mayor de las Antillas sigue estando al servicio del Estado, mientras que los cuentapropistas lo hacen sin tener acceso a un mercado mayorista, con pocas protecciones legales y sin la capacidad para importar y exportar.
Bajo el nombre "Asociación de Hombres de Negocios" surge una iniciativa que debe contar con el visto bueno oficial. Este jueves es un día marcado en rojo para los emprendedores del país porque se espera que la Asamblea Nacional del Poder Popular apruebe una serie de documentos para poner en marcha nuevas reformas económicas.
La autorización para la pequeña y mediana empresa es uno de los puntos que más expectativas genera, a pesar que el vicepresidente cubano Marino Murillo aseguró que en el nuevo modelo socialista "no se permitirá la concentración de la propiedad y la riqueza aún cuando se promueva la existencia de formas privadas de gestión".
Edilio Hernández detalló que la agrupación ya presentó en febrero los documentos para su inscripción ante el Estado bajo el régimen legal de asociaciones. Los primeros síntomas no invitaron al optimismo ya que el tiempo para obtener una respuesta oficial venció.
Esta iniciativa, que deberá pasar por varias instancias de apelación para tener una contestación estatal, busca convertirse en un recurso de ayuda para los negocios modestos, así como para los emprendedores que trabajan en un país sin cultura jurídica ni fiscal.
'The Associated Press' reportó que casi 90 emprendedores de varias provincias se acercaron para preguntar por la propuesta de asesoría, capacitación y eventualmente financiamiento.
Una realidad que contrasta con la facturación como La Guarida, el Café Laurent o RíoMar, establecimientos cuyos precios solo están al alcance de turistas, diplomáticos y cubanos con alto poder adquisitivo.
Los últimos reportes oficiales revelaron que el año pasado se cerró con 535.000 licencias de cuentapropistas en las 200 categorías permitidas por las autoridades, cinco veces más que los autorizados antes de 2010. Este número aumenta si tenemos en cuenta las miles de personas que trabajan sin pagar impuestos ni registrados.
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