La paternidad como tragedia

Cubadebate ha atacado al violinista Luis Haza, que actuó en el show de Donald Trump en Miami, porque su padre fue uno de los asesinos de Frank País.

¿Qué ha hecho Cubadebate por la memoria de Frank País, de José Antonio Echeverría, Sergio González López (El Curita), Giraldo Cordova Cardín, Ñico López, los hermanos Saínz (Sergio y Luis), y muchos otros cubanos valerosos?

Nada, apenas menciones manipuladas para repetir la letanía que el proceso es uno solo desde 1868 hasta ahora y la letanía de que Martí fundó un solo partido ¿Cuántos iba a fundar?

La mayoría de los cubanos nacidos después de 1959 desconoce los auténticos valores humanos de los héroes de la revolución; con las excepciones conocidas de Fidel, el Che y Raúl, sobre todo, desde que asumió el poder, porque hasta entonces, permanecía en un discreto segundo plano, y fue entonces que el pueblo descubrió sus virtudes.

Y luego se quejan de que otros totalitarios -idénticos a los que financian, dirigen y emborronan la web de Cubadebate- critiquen a los hijos de Fidel, Raúl y demás dirigentes de la revolución cubana, que no son culpables de nada de lo que hayan hecho y hagan sus padres.

Si tanta repulsa provoca en Cubadebate la actuación de un violinista cubano en un teatro de Miami porque no critica la brutal manipulación de los niños de La Colmenita y de los pioneros autómatas que repiten consignas como papagayos amaestrados.

En ninguna parte del mundo hay hombres perfectos y hombres malos; todos somos personas con virtudes y defectos; por tanto carece de sentido culpabilizar a alguien por lazos familiares; nacer es accidente, nadie elige a sus padres.

¿Tan jodido está el tardocastrismo que no aguanta ni un toque de violín?

Mi padre fue un castrista consecuente hasta que murió, arriesgó la vida por la revolución cubana; y yo no me considero mejor persona que mi papá.

Bastante mérito tiene Luis Haza con haberse hecho violinista y un hombre de bien, pese a crecer con el estigma de un padre fusilado; no hay niño que pueda entender que a su papá lo hayan matado.

Una Cuba necesaria debe tener espacio para Haza, para Nemesia la carbonera y para Juan Carlos Cremata, que perdió a su padre en el brutal atentado contra un DC-8 de Cubana de Aviación en Barbados.

Incluso, debe tener espacio para los hijos de Batista y de los Castro, porque ellos no son responsables de las actuaciones de sus padres, solo de las suyas propias.

Si tanto molestó a La Habana la actuación del violinista cubano, que vaya sacando de nómina a los numerosos artistas que se prestan a todos los pataleos que diseña el Buró Político, a cambio de 100 CUC mensuales y viajes de forrajeo al extranjero, donde lo primero que aclaran es que no van a hablar de política. Ni falta que hace, sus cobardes palabras ya son una declaración de principios.

¿Qué es más terrible: ser hijo de un asesino fusilado o vivir como un mercenario?

Felicidades a todos los padres cubanos, con la esperanza de que nunca más un hijo/a tenga que soportar ataques porque su padre estuvo a favor o en contra.