El pasado 18 de mayo el vuelo DMJ-972 de Cubana de Aviación se estrelló en una zona de cultivos a un kilómetro del aeropuerto de La Habana dejando 112 muertos e imágenes que conmocionaron al pueblo de la Isla. Este viernes la prensa oficialista criticó a quienes grabaron y difundieron las horribles instantes después de la tragedia.
Un artículo publicado en el diario Cubasi arremetió contra las personas que fueron hasta el lugar de los hechos para ejercer como "carroñeros cibernéticos". "Mientras unos se fajaban de tú a tú con el peligro, tratando de salvar a las víctimas sin importarles el fango, la sangre, los olores aquellos de los móviles se interesaban solo en captar imágenes dantescas", rezó el texto.
Además se cuestionó que los vídeos captados en la zona del accidente fueran acompañados de comentarios y exclamaciones "grotescas".
En este sentido se hizo referencia al post que escribió Michel Contreras en su perfil de Facebook, donde criticó estos comportamientos.
Este medio también elogió la aportación de ciudadanos que de forma altruista pusieron su granito de arena para tratar de paliar el dolor y la angustia de toda la sociedad cubana. En este sentido se habló de las donaciones de sangre.
La prensa oficialista también pidió que estos actos de escasa moral pasan a regularse a través de las leyes. "En Cuba, ni en ningún país del mundo, los teléfonos móviles deberían ser usados para movilizar horrores como esos. Tampoco las redes sociales deberían servir de vehículo para difundir tales cosas", añadió el artículo.
Estos comentarios llegan el mismo día que se conoció la muerte de Emiley Sánchez, una de las sobrevivientes del accidente aéreo.
Esta mujer de 40 años y natural de Holguín, murió el viernes a la 1.45 de la noche en el hospital Calixto García de La Habana, donde se encontraba ingresada desde el día del accidente a consecuencia de las "severas lesiones traumáticas y quemaduras" sufridas.
En ese mismo centro hospitalario sigue internada en estado crítico la joven cubana de 19 años Maylén Díaz, quien ahora es la única superviviente.
Grettel Landrove, una estudiante de 23 años, fue la primera de las tres sobrevivientes que perdió la vida.
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