Kenneth Merten (subsecretario adjunto principal interino para Asuntos del Hemisferio Occidental) ha sido claro y directo en su juicio al hablar de los ataques sónicos: "No sabemos quién es responsable y no sabemos qué es responsable de esto". Lo ha dicho durante una audiencia en la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes.
Funcionarios norteamericanos continúan investigando los episodios ocurridos en la embajada de Estados Unidos en La Habana y aseguran que siguen sin saber quién o qué está detrás de los misteriosos padecimientos que comenzaron a registrarse en 2016, y que ya habrían afectado al menos a 26 diplomáticos.
Los síntomas que habrían sufrido los diplomáticos incluyen pérdida de audición, zumbidos en los oídos, vértigo, dolores de cabeza y fatiga, un patrón que conduce a una "lesión cerebral traumática leve", según lo indicado por funcionarios del Departamento de Estado de EE.UU.
El Gobierno norteamericano trasladó también a un grupo de diplomáticos estadounidenses desde Guangzhou (China) a Estados Unidos, debido a la sospecha de que padecieran una enfermedad similar a la detectada en Cuba.
Merten ha explicado que de momento no conoce que ninguna otra embajada se haya visto afectada por el mismo tema. Y precisó: "Nos tomamos esto (...) muy en serio tanto en el contexto de Cuba como en el de China".
La Isla, que también realiza su propia investigación, ha negado cualquier participación o conocimiento del origen de la situación, al igual que China.
Como consecuencia de los presuntos "ataques sónicos", el Gobierno norteamericano redujo drásticamente su personal en La Habana en septiembre de 2017 y en octubre expulsó a 15 diplomáticos cubanos.
A pesar de las tensiones, autoridades de Cuba y Estados Unidos se reunieron este martes en Washington en la continuación de los diálogos sobre aplicación y cumplimiento de la ley entre ambas naciones.
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