El niño tiene 9 años y sufre parálisis cerebral. Está postrado en una cama. Aún así, su madre, Yanelín Alfonso Abreu, de La Curva, Colón, en Matanzas, se fue a La Habana con su hijo a cuestas y se plantó el 19 de enero de 2016 en la sede del Consejo de Estado para pedir que le dieran una casa, según ha contado al diario Juventud Rebelde.
Allí, en el corazón de órgano de la Asamblea Nacional del Poder Popular todo fueron buenas palabras y llamadas telefónicas a su provincia. Dos años después, Yanelín no ha resuelto un problema que se remonta al año 2014, cuando acudió por primera vez al Gobierno municipal para solicitar un terreno donde poder construir una casa para ella y para su hijo. Le dijeron que sí, que en cuanto se aprobara se lo asignarían.
Ella por entonces vivía con sus padres en el campo, a 10 kilómetros de Colón. Pero los problemas de salud de su hijo, que sufre convulsiones, la obligan a ir continuamente al hospital y se le hacía difícil llegar, sobre todo, de madrugada.
El pequeño tiene que asistir a las consultas del nefrólogo en el pediátrico de Matanzas y tiene rehabilitación cuatro veces por semana en el hospital de Colón. Un pariente le prestó una casita cerca de este centro hospitalario, en La Curva, donde vive actualmente.
Yanelín creyó en la promesa del Gobierno municipal y se pasaba todos los meses por allí a ver si habían aprobado la concesión de un terreno para hacerse una casita. El 27 de enero de 2015 le dijeron que para agilizar los trámites debía hacer una solicitud por escrito y entregarla en Planificación Física. Ella lo hizo el mismo día y adjuntó un resumen de la historial médico de su hijo.
En junio de 2015, Yanelín escribió al Consejo de Estado. Poco después recibió la visita del vicepresidente del Gobierno municipal de Colón. Le prometió que la iban a ayudar.
En enero de 2016, como la ayuda no llegaba, Yanelín se plantó en el Consejo de Estado, en La Habana. Desde allí se pusieron en contacto con el Gobierno provincial de Matanzas. A su regreso de la capital, se entrevistó personalmente con el responsable de Atención a la Población en Matanzas. Ella acudió a la reunión con su hijo en brazos. Allí le dijeron que estaba en el lugar adecuado a la hora adecuada y nuevamente le prometieron que solucionarían su caso.
Esta vez no le prometieron un permiso para construir en un terreno sino una casa ya hecha. En ese momento estaban construyendo cinco viviendas para casos como el de Yanelín. Una de esas edificiaciones iba a ser para ella.
Un año más tarde, en enero de 2017, Yanelín regresó a preguntar por su casa, pero la mala fortuna, según le explicó la presidenta del Gobierno de Colón, hizo que no alcanzara el dinero para hacer cinco casas, por lo que sólo se habían hecho tres. No había ninguna para ella.
Pero Yanelín se fue de allí con una promesa aún mayor. Iban a hacer unos biplantas y le iban a dar uno a ella. Pero la suerte tampoco estuvo esta vez de su lado. La presidenta del Gobierno de Colón dejó su cargo y el caso de Yanelín y su niño con parálisis cerebral se quedó en el aire.
Yanelín acudió de nuevo a la Oficina de Atención a la Población. Allí le dijeron que la nueva presidenta estaba al tanto de su situación. Pero ella no se cruzó de brazos y acudió al dirigente con el que se reunió tras su visita al Consejo de Estado y éste le dijo exactamente lo mismo, que "todo se encontraba en papeles".
Fue entonces cuando Yanelín decidió empezar de cero y pidió una entrevista con la nueva presidenta del Gobierno de Colón. Para su sorpresa le dijo que acababa de enterarse en ese preciso momento de la situación por la que atravesaba con su niño con parálisis cerebral.
Esta vez la representante del Partido Comunista prometió sinceridad y le dijo que se estaban haciendo diez casas, pero se las habían prometido a 50 personas. Todos los candidatos iban a recibir una comisión para evaluar quién tiene más necesidad de una vivienda.
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