Calixto, un pueblo en Cuba con 8 mil habitantes y más nada: “Ni acueducto, ni seminternado, ni gasolinera…”

Desde hace décadas el poblado de Calixto, cabecera del oriental municipio de Majibacoa (Las Tunas), carece de importantes servicios públicos como hogares maternos y de ancianos, gasolineras y un acueducto, denunció a la prensa nacional una de sus habitantes.

La vecina Ana Rodríguez Peña escribió al periódico Juventud Rebelde cansada de que sus coterráneos sean peloteados por las autoridades locales, que ante las quejas y demandas por la creación de necesarias instalaciones y servicios, aluden siempre a la falta de espacio o problemas con el transporte.

Rodríguez Peña no entiende cómo “con más de 8 000 habitantes, Calixto no tiene un hogar materno, ni acueducto, seminternado, óptica, una sede universitaria, un politécnico, o una base de ómnibus”.

Asimismo, añadió la remitente, carecen allí de un hogar de ancianos y de un servicentro de abastecimiento de gasolina (uno fue construido recientemente en Las Parras, a diez kilómetros, como ahora mismo se hallan edificando un hogar de ancianos en Omaja, a 14 kilómetros).

Señaló igualmente que poblados cercanos como Gastón, Vivienda, Las Parras, Omaja, La Posta y Providencia tienen un ómnibus fijo que por lo general no falla, pero el de Calixto funciona apenas por 15 días “y se pasa seis meses que no trabaja”.

La majibacoense aseguró que las demandas por la implementación de servicios básicos se han tramitado en diversas ocasiones con las entidades administrativas y políticas del municipio “y las justificativas van desde la carencia de espacios donde edificar hasta la rotura reiterada de los medios de transporte”.

¿Qué tienen que decir al respecto las autoridades de Las Tunas?, se pregunta. ¿Qué alternativas y proyectos de desarrollo se han buscado para esta localidad en los últimos años?

Calixto es un pueblo con una larga historia, se fundó alrededor del año 1912, cuando comenzó a poblarse la zona con algunos colonos y campesinos. Su nombre proviene del superintendente de la compañía constructora de ferrocarril, Miguel Calixto Ochoa, quien mandó a realizar allí una estación para embarcar los productos obtenidos en su colonia.

En la década de 1920, Calixto ya contaba con panaderías, farmacias, oficinas de correos, escuelas públicas y otros centros. Allí se instalaron firmas como la Sugar Company, y se crearon grandes negocios para la cría de ganado vacuno y cultivo de la caña de azúcar.