Entre los meses de junio y julio fueron retiradas más de 3.000 matrículas a vehículos particulares en La Habana por fallas comunes relacionadas con la antigüedad, una medida que algunos ven como un “negocio” ilícito que beneficia a varias autoridades del tránsito y la seguridad vial.
Según recoge el portal independiente Cubanet, el decomiso masivo de chapas se debe a una indicación emitida por altas instancias del Gobierno. Algunas de las fallas que se castigan con esta sanción son los salideros de aceite, el mal estado de la chapistería o de los neumáticos, así como la falta de frenos de emergencia y de tapicería interior.
“Fue una orientación de arriba, nosotros solamente ejecutamos órdenes (…) En lo particular, entiendo que en Cuba no se venden autos nuevos y que la mayoría de los que circulan tienen más de 50 años y es normal que tengan estos problemas, pero solo cumplimos órdenes y es nuestro trabajo”, dijo al referido medio un miembro de la ‘Patrulla de Carretera’.
Los vehículos a los que le son retiradas las chapas, muchos de los cuales presentan adaptaciones debido a su antigüedad, deben atravesar por un engorroso proceso que empieza en tratar de arreglar el supuesto problema por el que fue sancionado. Luego, el propietario debe hacer una larga fila para someterse al “Somatón”, una inspección más minuciosa del automóvil.
“Es un negocio muy bien montado donde todos cogen una parte del pastel y los únicos perjudicados somos nosotros los propietarios. El somatón se compra, tiene un precio de unos 50 CUC”, señaló Danilo Herrera Fleita, botero y propietario de un Ford del 59.
Herrera Fleita apunta que, en el caso de los boteros, la cifra puede ser mayor “porque ellos saben que lo van a pagar cueste lo que cueste porque si no se quedan sin trabajo”.
“La licencia operativa también se paga, las multas se quitan por un valor de 20 CUC. Lo de menos es el dinero, lo importante son los puntos para que no te quiten la licencia para seguir boteando”, sostuvo.
Para el propietario del Ford, la oleada de retiro de chapas es intencional, “mientras más vehículos pasen por el somatón mayor serán las ganancias”. También denunció que, en ocasiones, la policía de carretera solo amenaza con retirar la chapa para ser sobornados.
“Es como la mafia organizada, pero con autoridad y poder judicial, ya estoy cansado de esto”, comentó.
Otro propietario, Guillermo Medina, relató que sufrió de una sanción de este tipo recientemente, luego de que dos policías del tránsito lo detuvieran e inspeccionaran su automóvil, un Tico de 1992.
“Me detuvieron en la avenida del Cerro (…) miraron debajo del carro para ver si tenía algún tipo de salidero de aceite, miraron el interior buscando roturas en la tapicería o que estuvieran los paños de puerta, se fijaron en la pintura del auto, la chapistería y el freno de emergencia”, contó.
Por último, uno de los ‘caballitos’ dijo al oficial que lo acompañaba que estaba casi todo bien “pero que me iba a coger por la dirección que según él, estaba abierta”. “Me retiraron la matrícula porque uno de ellos al parecer tiene vista de láser y dijo que la dirección de mi auto estaba mal tramada”, dijo Medina.
“Estamos atados de pies y manos porque nada podemos hacer, no hay donde quejarse del maltrato, de la falta de educación y conocimientos con la que opera el cuerpo de la policía revolucionaria, quienes se sienten intocables y son en la gran mayoría corruptos que solo buscan sacar provecho de su posición”, añadió Guillermo.
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