APP GRATIS

EDITORIAL: La visita de Mariela Castro al Ayuntamiento de Valencia es inadmisible

Mariela Castro no es sólo la directora del Cenesex: es la hija de Raúl Castro y es diputada del Parlamento cubano, que no permite la pluralidad política y defiende una reforma Constitucional que ratifica que el Partido Comunista es único, fidelista y está por encima del Estado y de la ley.

Mónica Oltra, Joan Ribó y Mariela Castro, en Valencia. Foto © Mariela Castro / Facebook

Este artículo es de hace 5 años

La visita de Mariela Castro, hija de Raúl Castro, a las instituciones democráticas de Valencia es inadmisible. Lo saben sus anfitriones, la vicepresidenta y portavoz de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, y el alcalde de Valencia, Joan Ribó, ambos representantes de Compromís. Quizás por eso ninguno de los dos líderes españoles de izquierda compartió en sus redes sociales las fotos que se hicieron en la clandestinidad con la diputada del Partido Comunista de Cuba.

Las imágenes les resultan incómodas porque los congelan a ambos en una terrible incongruencia un día antes de que los dos celebraran los 40 años de la Constitución española, "un instrumento imperfecto, pero necesario" , según Ribó. La propia Oltra aprovechó este 6 de diciembre para premiar en Alicante a los defensores de los derechos y libertades constitucionales.

¿Quién los entiende? Un día antes de celebrar el aniversario de la Constitución española reciben el miércoles en la sede de las instituciones democráticas valencianas a una diputada cubana, defensora de una reforma constitucional que niega el derecho de los cubanos al pluripartidismo y que concede poderes sobrenaturales al Partido Comunista, único, fidelista y por encima del Estado y de la ley.

No se puede ser demócrata a veces. Hay que ser demócratas todos los días. ¿Tanto desprecian Mónica Oltra y Joan Ribó a los cubanos que los consideran indignos de aspirar a una Constitución como la española, con todas las pegas que le quieran poner? Ya querríamos en Cuba una Carta Magna fruto del consenso como la que tienen ellos en España y no una Ley de Leyes diseñada por una comisión presidida por Raúl Castro y sus 12 apóstoles elegidos a dedo en 2013, cinco años antes de que lo votara el Parlamento cubano.

Se equivocan Mónica Oltra y Joan Ribó si creen que Mariela Castro es sólo la humilde directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) de Cuba y una luchadora por los derechos del colectivo LGTBI que reprimió su tío, Fidel Castro, en cuanto llegó al poder en 1959.

¿Es ese el cuento de hadas que le interesa a la izquierda española? Si todo es tan idílico ¿por qué hay decenas de homosexuales cubanos pidiendo ahora mismo asilo político en Holanda y deportados desde Ámsterdam a España? Algo no encaja en esta historia. Pregúntenles a ellos por la homofobia policial que persiste en las calles de la Isla.

El año pasado Mónica Oltra escribía en Twitter que en esta sociedad no caben quienes se creen con derecho de agredir a otras personas sólo porque piensan diferente. ¿Se refería sólo a España o hablaba de la sociedad global? Probablemente se miraba los zapatos y hablaba a la ligera. Es lo que tiene el discurso vacío de la izquierda, que se deshace en la primera esquina. No aguanta el paso del tiempo.

Una mujer que se define como "ciudadana del mundo" debería saber que las Damas de Blanco son detenidas continuamente en La Habana, sólo por pensar diferente al Gobierno. ¿Y quién lo ordena? No le quepan dudas: el mismo Gobierno que representa Mariela Castro.

No hay que ir tan lejos y recordar el calvario que viven a diario en Cuba las esposas y madres de los presos políticos recluidos en cárceles comunes de la Isla. Los agentes de seguridad de Mariela Castro intimidaron a miembros del equipo de CiberCuba porque pretendían hacer su trabajo y cubrir el acto que tenía organizado la directora del Cenesex en Valencia.

No cabía en una charla sobre Cuba, socialismo y diversidad nadie que pensara distinto a Mariela Castro; que considere que la hija de Raúl Castro no merece que las instituciones democráticas españolas la reciban como si fuera una huésped de honor. Ella quería hablar de diversidad sexual y para ello necesitaba vetar la diversidad ideológica.

Pero si repugnante es la marginación de un medio de comunicación, como le hizo Vox, el partido de ultraderecha española a la Sexta el día de las elecciones andaluzas, peor aún es que la guardia de seguridad de Mariela Castro se atreviera a tomar fotografías de los profesionales de CiberCuba que acudieron a cubrir el acto en Valencia. Ya no es que ignoren la Ley de Protección de Datos o la libertad de prensa en España es que además se comportan como lo hace el cartel de Sinaloa en México: Yo te intimido, te callas o te callo a ti y a tu familia.

Joan Ribó y Mónica Oltra, con su posado y sus sonrisas, han legitimado en un país democrático el gansterismo que rodea a la heredera de Raúl Castro. Cuba no será lo que es hoy de por vida. Para cuando las cosas cambien tendremos en cuenta quiénes estaban con los cubanos y quiénes con los que nos pisan la cabeza, los derechos y las libertades.

¿Qué opinas?

COMENTAR

Archivado en:


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

 +1 786 3965 689


Esta Web utiliza cookies propias y de terceros, para mejorar la experiencia de usuario, recopilar estadísticas para optimizar la funcionalidad y mostrar publicidad adaptada a sus intereses.

Más información sobre nuestra política de privacidad.

Siguiente artículo:

No hay más noticias que mostrar, visitar Portada