El pasado miércoles Jadon Vaughn, de 14 años, murió tras recibir un disparo hecho por su amigo Carter Palm, de 11 años, mientras jugaban en la casa de este último, en Lake City.
Según informó la Oficina del Sheriff del Condado de Columbia, la víctima estaba de visita en la vivienda de Carter y su hermano; al llegar la noche los adultos salieron y los dejaron solos.
Alrededor de las 7:00 p.m. comenzaron a jugar a la lucha libre, tras lo cual Carter buscó una pistola de la habitación de sus padres, apuntó contra su amigo y le disparó, causándole la muerte.
Después, el homicida llamó a su padre y le dijo que Jadon se le había acercado con un cuchillo. Pero durante la investigación, Carter y su hermano, de 13 años, reconocieron que habían colocado un cuchillo de cocina cerca del cuerpo para simular que la víctima quería agredirlo.
Este jueves el homicida fue arrestado en su casa, bajo el cargo de homicidio involuntario. Actualmente está en un centro de detención juvenil en Gainesville.
“… Esta es una muerte trágica y evitable. Nuestros corazones están rotos para ambas familias; uno ha perdido un hijo y el otro va a luchar con estos eventos por el resto de sus vidas. Para honrar a Jadon, quiero hacer hincapié en lo importante de asegurar sus armas de fuego para que un niño no pueda llegar a ellos”, dijo el sheriff Mark Hunter.
Según la agencia Efe, los padres de Carter podrían afrontar cargos criminales por negligencia, al dejar un arma de fuego al alcance de menores.
Por otra parte, la familia de Vaugh ha abierto una cuenta en la plataforma GoFundMe para recoger donaciones para sufragar los gastos del funeral.
El mismo día que murió Jadon, en la localidad de Pahokee, al sur de Florida, un menor hirió gravemente de un balazo a otro de siete años, cuando jugaban en su casa con una pistola. El herido fue aerotransportado a un hospital, donde está internado en estado crítico.
La Policía continúa investigando cómo los pequeños, cuyas identidades no fueron reveladas, tuvieron acceso al arma.
En Estados Unidos, uno de cada tres hogares tiene un arma de fuego y en 2015 se alcanzó el récord de 23,1 millones de armas vendidas, más del doble que diez años antes.
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