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Prensa oficialista, contra "cubanoamericanos especuladores" de vacaciones en Cuba

El diario 5 de septiembre arremete contra un cubano de EE.UU. que visitó la ciudad este fin de año y caminaba por su barrio con los brazos separados del cuerpo, miraba por encima del hombro y no ocultaba su desprecio por los "escachaos", incluida su familia, de la que renegaba por tener que ir a "salvarla".

Aeropuerto José Martí de La Habana. © CiberCuba.
Aeropuerto José Martí de La Habana. Foto © CiberCuba.

Este artículo es de hace 5 años

La prensa oficialista de Cienfuegos ha arremetido contra "el prototipo de cubanoamericano especulador", que llega a la Isla a presumir de lo bien que vive en Estados Unidos.

El diario local 5 de Septiembre cuenta que estas navidades se vio por Cienfuegos a un "especulador" (cubano ostentoso), que llegó a pasar las navidades al volante de un turismo alquilado, con banderas de Estados Unidos en las ventanillas lo que, según el rotativo oficialista, denota que "no tiene ni idea de la historia del mundo y de cuánto crimen, oprobio y humillación" representa esa enseña.

Esta forma de actuar demuestra, según la prensa oficialista, la solidaridad del "especulador" con "un sistema de gobierno basado en la extorsión, el saqueo y la sangre de los pueblos".

También añade que el cubanoamericano especulador caminaba por su barrio con los brazos separados del cuerpo, miraba por encima del hombro y no ocultaba su desprecio por los "escachaos", incluida su familia, de la que renegaba por tener que ir a "salvarla" en fin de año.

De sus conversaciones se quedan con la forma en que hablaba de la "extraordinaria" vida que decía tener en Estados Unidos, de su maravilloso trabajo y de la abundancia de dinero que, según dijo, le sobraba para cerveza, cadenas y "jevitas".

Asimismo critica el diario que del auto del especulador saliera "un torturante reguetón" que no podría escuchar tan alto en Estados Unidos "porque a los cinco segundos estaría preso".

El especulador se jactaba además de poder decir lo que le diera la gana porque vivía en un país libre.

"Como todos estos imbéciles, el sujeto miente en el aspecto político. Él no puede hacer lo que quiere en su tierra idolatrada, pues sabe perfectamente que está habitando, prestado, en el país de mayor cantidad de reglas y normativas del planeta. Todo el malacabeza cubano que llega allí tiene dos carreteras: o entra por el aro, o va para la cárcel. La mayoría cumple, con celo, cada regla", añade el diario local cienfueguero.

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