La tienda Praga, una de las más icónicas del boulevard santaclareño, por su estilo y decoración Art-Déco, no deja de generar comentarios polémicos en los últimos tiempos. Si bien sufre de la misma epidemia de desabastecimiento que el resto de sus similares en la ciudad, ahora ha debido cerrar su planta superior no precisamente por la falta de productos, sino de personal.
Lo que desde hace varios días venía molestando a la población y generando toda suerte de comentarios quedó confirmado por la emisora radial CMHW, donde se ofrecieron las explicaciones cursadas por la gerencia territorial de CIMEX, ante el intempestivo cierre de la planta superior de Praga.
Según las explicaciones cursadas por Maria Eugenia Veitía, directora de esa corporación en el territorio fue preciso tomar ciertas decisiones y priorizar las áreas de mercado y aseo, correspondientes a la primera y segunda plantas del edificio, toda vez que se han quedado sin personal suficiente para garantizar la funcionalidad del establecimiento.
La directiva lamentó tanto las afectaciones que ello pudiera generar en la población como las pérdidas para CIMEX por concepto de recaudación. Sin embargo, evitó dar una fecha para la resolución del problema.
Con sus tres pisos de altura Praga es una de las mayores tiendas de la ciudad de Santa Clara, y el mayor establecimiento de la Corporación CIMEX en la provincia de conjunto con La Riviera. En ella laboran aproximadamente 25 trabajadores, y contrario a lo que pudiera pensarse no cuentan con demasiados incentivos y sí mucha presión sobre ellos.
“Hace rato teníamos dificultades en cuanto a la fuerza de trabajo, y ahora ya no se pudo sostener más la situación. No puedes tener un área abierta si no tienes suficientes cuidadores y cajeros”, explica uno de los dependientes de la entidad, quien asegura cobrar 385 pesos mensuales más 15 CUC de estímulo.
En la década de los 90 cuando se despenalizó el dólar en Cuba y se expandieron las tiendas recaudadoras de divisa por todo el país, muchos cubanos se sentían premiados al obtener una plaza en las flamantes tiendas, pues eran de los pocos trabajadores que podían acceder a estímulos en CUC, trabajar en un área climatizada y recibir uniformes.
Casi treinta años después la realidad no es la misma, y como en la gran mayoría de los puestos de trabajo pertenecientes al gobierno el salario que perciben los empleados es insuficiente para hacer frente a los altos costos de la vida en Cuba. No es de extrañar que muchos de esos trabajadores se vean tentados a incursionar en actividades delictivas, o decidan marcharse a otras esferas del ámbito laboral, aprovechando las ventajas derivadas de la apertura del cuentapropismo, por ejemplo.
Hace aproximadamente un año fueron expulsados algunos trabajadores por actividades vinculadas al desvío de recursos y la adulteración de productos en el área de perfumería, de otra de las tiendas ubicadas en el boulevard santaclareño.
Como promedio, cada producto que hoy se expende en las tiendas recaudadoras de divisas, pertenecientes al holdig de las FAR, tienen un gravamen superior al 200% respecto a su precio original en el mercado exterior.
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