La Conferencia Episcopal Venezolana ha emitido una declaración en la que insta a la Fuerza Armada Nacional a ponerse del lado del pueblo y permitir el ingreso al país de la ayuda humanitaria.
La institución religiosa ha dado a conocer en su página web un documento en el que ha pedido al Gobierno de Nicolás Maduro a facilitar la entrada y distribución de la asistencia enviada por varios países, “evitando cualquier violencia represiva”.
En el texto, los religiosos se refieren primeramente al deterioro general de las condiciones de vida, fundamentalmente en las áreas alimentarias y de salud.
“La Iglesia, en sus diversas instancias (el Papa, la Santa Sede, la conferencia episcopal, la de religiosos y el consejo de laicos), ha pedido muchas veces la posibilidad de abrir un canal humanitario. La respuesta ha sido siempre un ‘no’ rotundo”, recuerdan los religiosos.
Seguidamente, los clérigos son rotundos en afirmar que el país necesita la ayuda humanitaria, y que el gobierno, cumpliendo su obligación de atender las necesidades de la población, debe permitir su acceso.
“Pedir y recibir ayuda no es ninguna traición a la patria; antes bien, es un deber moral que nos incumbe a todos, ante las carencias y urgencias dramáticas que padece el pueblo venezolano”.
La Conferencia Episcopal se refirió a su labor pastoral, que desarrolla desde hace muchos años a través de Cáritas, y que beneficia a numerosas personas que precisan atención inmediata.
Basada en esa experiencia, Cáritas Venezuela se brindó a colaborar en la recepción y distribución de los recursos enviados.
“La posibilidad de una ayuda humanitaria ha generado muchas expectativas por las grandes necesidades del pueblo en materia de alimentación y salud. Queremos recordar que la ayuda se guía por protocolos aceptados internacionalmente para dar respuestas a situaciones de graves crisis. No atiende a intereses políticos, sino al bien del pueblo más vulnerable”, recalcó el documento.
La Iglesia también invitó al ejército a cumplir su compromiso de defender al pueblo y proteger sus derechos inalienables. “En conciencia, no deben cumplir órdenes que atenten contra la vida y seguridad de la población. En estas circunstancias deben permitir el ingreso y la distribución de la ayuda internacional”.
Por último, los pastores pidieron a los ciudadanos desechar la violencia y la manipulación entre ellos.
“La ayuda humanitaria beneficiará a muchas personas que se encuentran en situaciones límites, y a la vez, es un ejercicio de solidaridad y de organización en un pueblo que, manteniendo en alto la dignidad y la esperanza, quiere cambiar la situación de penuria y precariedad que sufre”.
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