El PEN International ―la asociación mundial de escritores que promueve la cooperación intelectual en todo el mundo― ha denunciado en su web “la ola represiva y las detenciones arbitrarias” a que son sometidos en Cuba los creadores independientes.
El PEN alude en particular a la promulgación del Decreto 349, que entró en vigor parcialmente el pasado 7 diciembre.
El documento ha hecho mención de los casos más sonados de acoso y detenciones arbitrarias registrados en los últimos meses en Cuba; entre ellos los de Tania Bruguera, Luis Manuel Otero Alcántara, Yanelys Núñez y el más reciente de la poeta Katherine Bisquet Rodríguez.
El documento no solo condena el decreto, sino que además “hace un llamado urgente a las autoridades cubanas para que cesen de inmediato la represión contra la libre manifestación artística y creativa” en la Isla.
Fundado en 1921, el PEN International es una asociación que cuenta con centros autónomos en más de 100 países. Entre sus objetivos está enfatizar el papel de la literatura como forma de entendimiento mutuo y la lucha por la libertad de expresión. En ese sentido, pretende actuar como una voz poderosa en nombre de los escritores que sufren cárcel y acoso.
Poco después de la entrada en vigor del Decreto, el ministro de Cultura, Alpidio Alonso, anunció que se pausaba la aplicación del Decreto 349 que se aplicaría "de forma progresiva".
Alonso añadió que el Decreto no empezaría a operar de inmediato en determinadas áreas, y que se están elaborando normas complementarias para capacitar al cuerpo de inspectores designado para hacerlas cumplir.
El Decreto 349 recoge una polémica normativa que busca regular los contenidos culturales en Cuba y que ha sido tachada de herramienta de censura por parte del colectivo artístico.
El punto más polémico es el que obliga a que los artistas estén adscritos a una institución cultural del Estado, a la que deben solicitar permiso expreso para poder actuar, exponer y comercializar su trabajo.
El Gobierno cubano, sin embargo, aduce que el decreto es un "avance para detener la oleada globalizadora" y "el retroceso de la calidad del consumo cultural", a la vez que busca desterrar del arte el uso inadecuado de los símbolos patrios, la pornografía, la violencia, el lenguaje vulgar o sexista o la discriminación por raza, género, orientación sexual o discapacidad.
La organización Amnistía Internacional y el Departamento de Estado norteamericano ya mostraron su rechazo al Decreto 349, que consideran contrario el derecho a la libertad de expresión.
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