Venezuela se encuentra sumergida en una de las peores crisis de su historia, con una deuda de más de 150 mil millones de dólares -dos veces el producto interno bruto (PIB) de la nación- y una disminución en las exportaciones de petróleo.
Ante esta desesperada situación la oposición venezolana, liderada por el presidente interino Juan Guaidó, ha elaborado un plan de contingencia. El equipo del titular de la Asamblea Nacional espera recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener entre 60 y 70 mil millones de dólares para que el país regrese a una condición estable, informó la agencia AFP.
Esta suma saldría del fondo extraordinario del FMI para catástrofes y situaciones bélicas, junto con donaciones de “países amigos”.
La oposición venezolana ha planteado un plan para "generar un círculo virtuoso, que permita restablecer el funcionamiento de la economía (...) y empezar a crecer", declaró a la agencia de noticias Miguel Ángel Santos, director de investigación aplicada del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard.
Este proyecto -según Santos- consta de cuatro pilares: la “asistencia masiva” por parte de la comunidad internacional, es decir, donaciones y préstamos; restablecer los mecanismos de mercado; abrir Petróleos de Venezuela a la inversión extranjera y reestructurar de manera "agresiva" la deuda con los acreedores.
A la par, la oposición busca fomentar las importaciones de materias primas y repuestos con el objetivo de reactivar una producción que actualmente se encuentra casi paralizada.
Se especula -al no haber cifras oficiales- que Venezuela necesitaría dedicar seis años de sus exportaciones petroleras, que representan el 96% de los ingresos del país, para saldar la deuda. En los últimos 10 años la nación bolivariana pasó de producir 3,2 millones de barriles de crudos diario, a poco más de 1 millón, indican reportes de AFP.
El país sudamericano también ha sufrido un deterioro en sus importaciones, con una caída casi del 70% entre 2014 y 2016.
Según Santos, el "92% de la población está en situación de pobreza". El salario mínimo de los venezolanos -unos 5,5 dólares- en 2012 permitía comprar 60.000 calorías, ahora permite adquirir 600. Todo ello, ha empujado al éxodo masivo.
Estudios realizados por el economista apuntan que cerca de "5,2 millones de venezolanos" han emigrado en "tiempos de paz”. Esto es un 15% de la población, que en dependencia de la lejanía y de los años o meses que estén fuera, en la mayoría de las ocasiones deciden no regresar.
"Lo que estamos pensando es cómo el país se beneficia de su diáspora sin que regrese", concluye.
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