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Un grupo de migrantes cubanos y hondureños usan colchones inflables para cruzar el río Bravo

Realizaron el cruce por Matamoros (Tamaulipas) y arribaron a Bronwsville (Texas).

Un grupo de personas cruza en una balsa inflable el río Bravo © Collage Twitter/Osbaldo Bautista7 ‏
Un grupo de personas cruza en una balsa inflable el río Bravo Foto © Collage Twitter/Osbaldo Bautista7 ‏

Este artículo es de hace 4 años

Un grupo de 17 migrantes procedentes de Cuba y Honduras cruzaron en la mañana de este miércoles el río Bravo usando colchones inflables. En el grupo había al menos una mujer con sus dos hijos pequeños, según indican medios mexicanos.

Realizaron el cruce por Matamoros (Tamaulipas) y arribaron a Bronwsville (Texas). Apenas llegaron a territorio estadounidense fueron capturados por agentes de la Patrulla Fronteriza.

Tras el incidente, miembros de la Guardia Nacional llegaron a las márgenes mexicanas y advirtieron nuevamente a los migrantes que no se aventuren a cruzar el río Bravo, porque sus corrientes son muy peligrosas.

El 24 de junio, Óscar y Valeria Martínez, un joven padre y su pequeña hija, originarios de El Salvador, murieron ahogados en esa área.

El martes, otro grupo de migrantes cruzó el río Bravo a la altura del llamado Puente Nuevo, en la frontera entre Matamoros y Brownsville.

Entre las motivaciones que encuentran los migrantes para cruzar está el creciente desespero por la demora en los trámites de asilo político, y la falta de dinero derivada de la larga espera, que se ha convertido en agente movilizador de acciones peligrosas en la que los migrantes no dudan en poner en riesgo su vida.

A ello se suma que el Gobierno norteamericano dio a conocer esta semana un aumento en las restricciones para conceder asilo político. Los inmigrantes que quieran solicitarlo en Estados Unidos deberán pedir protección primero desde un “tercer país fuera del país del extranjero de ciudadanía, nacionalidad o la última residencia habitual legal a través de la cual él o ella transitó en ruta a los Estados Unidos".

Lo anterior implica que los solicitantes que transitan primero por otro país, no podrán pedir asilo en la frontera sur estadounidense, sino que deberán pedirlo en la primera nación a la que arriben tras salir de su país de origen.

La noticia ha sentado como un jarro de agua fría a los migrantes que se encuentran en el proceso, pues complica notablemente las posibilidades de concesión del tan ansiado asilo político en territorio norteamericano.

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