La reciente llegada al Aeropuerto Internacional de Miami de un joven cubano que huyó de la Isla escondido en la bodega de un avión, ha hecho recordar los casos de otros cuatro sobrevivientes de lances similares, los únicos dentro de una larga lista de personas que protagonizaron peligrosas fugas clandestinas y no vivieron para contarlo.
Uno de ellos es Roberto Viza Egües, residente en Miami, quien el 13 de agosto de 2000 fue encontrado en un avión de Air France que voló desde La Habana a París. Había permanecido 14 horas en el compartimiento de equipajes, expuesto a temperaturas mínimas y a bajos niveles de oxígeno.
“Perdí el conocimiento en el aire, solté mucha sangre, llegué casi muerto”, relató al canal Telemundo 51.
Roberto tenía en aquel entonces 24 años. Para escapar de Cuba se escondió de todo el mundo en el Aeropuerto José Martí hasta que pudo introducirse en la bodega de la aeronave.
“Estuve 14 horas escondido, cuatro horas en Cuba, y 10 en el vuelo”, precisó.
El fugitivo sufrió una hemorragia nasal extrema a las pocas horas del despegue. Perdió la conciencia. Al abrirse el contenedor donde se había escondido, estaba lleno de sangre.
“Allí no ves nada, ni las manos; te falta el oxígeno, hay mucho frío y el ruido del avión es insoportable”, detalló.
En un principio, la historia de Roberto no tuvo un final feliz. Solicitó asilo político en Francia, pero el gobierno de Jacques Chirac denegó su petición y fue devuelto a Cuba, pese a haber alegado pertenecer al grupo opositor Movimiento del 24 de febrero.
A su llegada a la Isla fue trasladado a la prisión de Villa Marista, donde lo interrogaron acerca de su salida ilegal del país, pero poco después fue puesto en libertad.
Con los años consiguió llegar a Estados Unidos, donde hoy vive como un hombre libre, lejos del régimen opresor que lo agobiaba en su patria. Al rememorar su terrible odisea, confiesa con seguridad: “Si tengo que volverlo a hacer para estar en este país, lo hago con los ojos cerrados”.
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