Empresarios agrícolas norteamericanos presentes en Cuba han manifestado su interés en importar de la Isla frutas y camarones, pese a las acciones del gobierno de Donald Trump, que han llevado a un deterioro de las relaciones entre ambos países.
Paul Johnson, copresidente de la Coalición Agrícola de Estados Unidos-Cuba, expresó al semanario Opciones que el comercio con la nación caribeña podría ser ampliamente beneficioso para ambas partes.
“Cuba representa un mercado importante para los Estados Unidos, y estamos aquí para reconocer que, a pesar de los desafíos que tenemos ahora mismo, el camino hacia los convenios en la agricultura sigue siendo viable”, señaló.
“Un claro ejemplo de la cooperación que buscamos sería que los contenedores de pollo que exportamos hacia Cuba volvieran con importaciones de camarón”, añadió.
El ejecutivo preside la II Conferencia Empresarial agrícola bilateral, que se desarrolla en La Habana hasta el próximo viernes, y que tiene entre sus objetivos revisar las respectivas carteras de negocios en el sector y fomentar nuevos proyectos comerciales.
“Me queda el optimismo sobre el trabajo que hemos estado haciendo para mejorar estos vínculos,” dijo el empresario, quien recordó que actualmente el pollo y la soya son los productos que más se exportan hacia la nación caribeña.
En el encuentro participan representantes de la consultora Focus Cuba, así como de diferentes grupos de agricultores estadounidenses, como la Asociación de Soya de Illinois.
El gobierno cubano exportó alimentos por valor de 213 millones de dólares el pasado año, una cifra muy por debajo de lo que se necesita para levantar la economía del país.
En octubre las autoridades del sector alimentario afirmaron que el país alcanzó un récord histórico en la producción de camarones, producto escasamente visto en los mercados nacionales y con precios que exceden el poder adquisitivo de la población, pero que se comercializa por un valor de 4 000 dólares por tonelada en el mercado internacional.
Los ingresos del régimen procedentes de la exportación tanto de camarones como de langostas alcanzan actualmente los 63 millones de dólares, un número exuberante si se tiene en cuenta que para adquirirlos el ciudadano promedio debe pagar cifras también enormes y hacerlo de manera clandestina.
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