El fundamentalismo cristiano gana seguidores en Cuba y desafía las fuerzas políticas del país mientras defiende los principios bíblicos en los que basa sus doctrinas, opinan dos líderes religiosas que apoyan el derecho de las personas al matrimonio igualitario.
Un reporte de Radio Francia Internacional recoge el criterio de la pastora Liudmila Hernández Retureta, de la Primera Iglesia Presbiteriana y Reformada de La Habana, quien se mostró preocupada por este fenómeno y sus posturas desafiantes.
"Con un discurso basado en textos bíblicos, quieren mostrar que los avances de la sociedad son negativos e incluso se oponen al proyecto político del país", manifestó la líder religiosa al medio de prensa francés, a la vez que recordó a aquellos pastores que se han opuesto a que sus hijos vayan a la escuela "debido a educación inclusiva, contra el acoso escolar , los prejuicios y los estereotipos", señala.
Sin mencionar nombres, la religiosa hizo referencia a Ramón Rigal Merencio, detenido por este motivo y expresó que "los niños deben ir a la escuela".
La congregación que ella representa es de las pocas que apoyó el movimiento contra el matrimonio entre personas del mismo sexo.
"Todos tienen la libertad de casarse, unirse o vivir su vida de la manera que creen que pueden. El artículo 68 decía que el matrimonio es una unión entre dos personas y que no tenemos nada contra las uniones entre un hombre y una mujer, por lo que tampoco tenemos nada contra una unión entre dos hombres o dos mujeres", aseguró.
Otra opinión similar es la de Elaine Saralegui Caraballo, pastora de la Iglesia Metropolitana de Cuba, la única institución religiosa en la isla que oficializa matrimonios entre personas del mismo sexo.
"Argumentan que la violencia contra ciertas personas es normal y moralmente aceptable, creando mitos sobre lo que está bien y lo que está mal", expresó.
Para la líder espiritual se trata de una forma de violencia espiritual "causada por ideologías religiosas que niegan el valor sagrado de las personas".
Durante el proceso de discusión del proyecto de Constitución, el Consejo de Iglesias de Cuba sufrió las consecuencias del fundamentalismo cristiano, ya que al surgir diferencias en el tema de la familia, un grupo abandonó la organización, para fundar la Alianza de Iglesias Evangélicas Cubanas.
Estos grupos evangélicos se opusieron desde el primer momento a la posibilidad y negaron su apoyo a la Ley de Leyes, convocando a actividades públicas en los templos donde se predicó el fundamentalismo cristiano y la familia como una institución sagrada creada por Dios y no como un derecho individual de cada persona.
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