El exministro cubano de Cultura, Abel Prieto, aseguró en una reciente entrevista que los políticos cubanos no mienten.
“Es la Revolución de la verdad, la que se la dice a su pueblo", comentó en una reciente entrevista a un medio oficialista de la Isla.
Para justificar tal aseveración, Prieto puso de ejemplo cómo el Gobierno anunció la llamada "crisis coyuntural" refiriéndose a los problemas para adquirir petróleo, sin mencionar que hicieron silencio durante meses ante el desabastecimiento de alimentos, medicinas y productos de primera necesidad en el país.
"Hablarle con transparencia a la gente y hablarle al mundo con la misma transparencia, como hace hoy el canciller (Bruno Rodríguez Parrilla) y como lo han hecho todas las figuras que le antecedieron", agregó.
En ese sentido, el actual presidente de Casa de las Américas considera que todos los ciudadanos de la Isla sienten orgullo del canciller que los representaba, Bruno Rodríguez, quien a cada momento desata polémicas entre los cubanos en redes sociales por sus declaraciones, como sucedió recientemente cuando reclamó a Washington que concediera libertad para viajar a los ciudadanos estadounidenses.
Abel Prieto elige en su entrevista ejemplos aislados pero no menciona cómo el mismo canciller que él halaga por su "transparencia" no reconoce la existencia de un grupo de cubanos “regulados” por el régimen a quienes se les impide salir del país.
“No somos retóricos, nuestros diplomáticos nunca lo son. Fidel jamás fue retórico, ni Raúl. No lo va a ser ni lo ha sido Díaz-Canel", dice, y agrega que en los políticos del mundo, por el contrario, hay "mucha mediocridad”.
"No solo en términos intelectuales y culturales, sino también en sus reacciones. Son representantes de corporaciones. La política se ha degradado mucho, se ha convertido en un show, aparte del papel que tienen hoy las redes sociales en la manipulación del votante”, comentó.
Las declaraciones de Prieto no han estado exentas de cuestionamientos. Hace unos días, criticó la discriminación a homosexuales que hubo hasta el año 2000 en las Fuerzas Armadas británicas, pero, como es ya habitual, omitió alusiones al ejército de la Isla.
En fechas anteriores, expuso que la mayoría de los cubanos que emigraban se convertían en fuerza laboral esclava. Meses después, aseguró que los “yanquis” ofrecían al mundo “papilla seudocultural” como forma de llegar a las “masas”.
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