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Cuando llegan los medicamentos, las farmacias en Cuba se convierten en rings de boxeo

El desabastecimiento se extiende a cada farmacia de La Habana. Antibióticos, analgésicos, antidepresivos, antihistamínicos, vitaminas, antiparasitarios..., aparecen solo de cuando en vez.

Farmacia en La Habana © CiberCuba
Farmacia en La Habana Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 3 años

La escena se repite dos o tres veces cada mes. Es el día que llega el suministro de medicamentos y Pepe carga su pesado sillón de hierro para sentarse en el portal de la farmacia.

Con 67 años, Pepe es “uno más del montón de viejos” cuyos padecimientos no les permiten esperar de pie hasta que comiencen a vender los medicamentos y se ven obligados a permanecer más de 24 horas haciendo guardia para coger algo del “buchito” que llega.

A ratos se da un saltico hasta su casa, se prepara algo de comer y llena el termo de café para volver al portal de la farmacia. “No sé por qué si se reciben los medicamentos cada 10 o 12 días, la mercancía se comercializa al otro día de su llegada”, lamenta.

Hace más de seis meses, cuando se puso más tensa la situación de los medicamentos, Pepe empezó a estar al tanto de cuándo se suministra la red de farmacias y a llevar el control de qué medicamentos vienen y cuáles no.

“Tengo un listado con los números de cada farmacia de mi municipio y me pongo a llamar por teléfono a cada una porque la distribución no es equitativa y a veces hay medicinas que llegan a dos o tres puntos nada más”, explica.

Para adquirir algo que alivie su diabetes y sus nervios, Pepe ha tenido que hacer maravillas. Por ejemplo, ha entablado amistad con unos cuantos doctores y les busca los medicamentos a varios vecinos. Así, los unos le proveen las recetas que necesita y los otros le pagan por el encargo.

“Con lo que la gente de mi cuadra me da por comprarle las pastillas, me compro las mías”, dice.

BOXEANDO POR MEDICAMENTOS

El desabastecimiento se extiende a cada farmacia de La Habana. Antibióticos, analgésicos, antidepresivos, antihistamínicos, vitaminas, antiparasitarios..., aparecen solo de cuando en vez. Como no llegan en todos los envíos, cuando lo hacen (en tan pocas cantidades que alcanzan solamente para cinco o seis pacientes) las farmacias se convierten en auténticos rines de boxeo.

Los fármacos controlados -que se expenden a través del registro en un tarjetón- son los más disputados. A menudo pasan semanas sin que aparezcan y en los molotes a las afueras de las farmacias uno puede encontrarse con un empujón o un puñetazo, según sea de elevado el número de medicinas en oferta.

Reina Domínguez es de las que persigue el Atenolol que debe tomar diariamente. Sin embargo, junto al Enalapril, el Captopril y la Clortalidona, es de los medicamentos para hipertensos que habitualmente se extraña en los estantes de las farmacias.

“Entran cada tres o cuatro entregas y todo el que está censado, que tiene una cuota preestablecida, y lleva rato sin cogerlo, se mata por poder comprar lo poquito que entra porque se acaba rápido.

“Solo alcanzan a comprar los primeros de la cola, que duermen desde la noche anterior”, confirma entristecida porque no tiene salud para pasar madrugadas enteras en la farmacia o conseguir lo que necesita a sobreprecio en casa de algún revendedor clandestino.

Aun cuando un paciente está registrado en una farmacia para recibir un medicamento controlado, la oferta se mantiene sin llegarle a los talones a la demanda. Octavio asegura que siempre son las mismas personas las que compran porque generalmente no trabajan y pueden darse el lujo de quedarse de un día para otro.

Lo mismo le ocurre a Rosa María, cuyo hijo es obsesivo-compulsivo y requiere del Alprazolam para mantenerse estable. “A mí se me quiere salir el corazón cada vez que veo que él se está quedando sin pastillas y no aparecen ni por la izquierda”, añade. Para colmo de males, el ama de casa de 59 años tampoco encuentra la Metformina para tener a raya su diabetes.

Si bien las autoridades de la industria farmacéutica de la isla sostienen que no son más de 50 los medicamentos que escasean, los rumores afirman que esa cifra es cinco veces más alta. El Propanolol, el Paracetamol y antibióticos como el Cloranfenicol y la Tetraciclina se encuentran entre las medicinas que ya no se producen en Cuba.

El administrador de una farmacia del municipio La Lisa ya no tiene qué inventarle a la gente. “Le decimos a los clientes que hubo problemas con la materia prima y, aun sabiendo que no somos culpables, nos descargan todo el enojo encima”, se queja.

A Agustina, una vecina de Nuevo Vedado, le asombra que en la farmacia no le informen ni del día que entran los medicamentos y las dependientes se disgustan si las llaman por teléfono. “A mí han querido convencerme de que me cure con medicina natural tradicional, pero yo le tengo poca fe a las hierbas. Las pastillas son más confiables”.

En 2015 la isla tenía un Cuadro Básico de Medicamentos de 857 productos, a finales de 2018 la cifra cayó a 761 y hoy se encuentra en unos 757, de acuerdo con datos oficiales.

La escasez es tan grande que muchos pacientes nunca llegan a saber exactamente lo que existe. Mas ello no sucede con Pepe, quien ha hecho del rastreo de medicamentos una forma de vida y blasona de sacarlos “de abajo de la tierra”, como si fuera el Superman de las farmacias.

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