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Cuba no escuchó y se quedó sin turistas

Turoperadores españoles dan algunas claves del bajón turístico en Cuba.

Avenida del Puerto de La Habana © CiberCuba
Avenida del Puerto de La Habana Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 4 años

Cibercuba ha conversado durante los meses de diciembre y enero con varios turoperadores españoles que llevan años promoviendo Cuba como destino turístico para analizar la caída de un sector clave de la economía cubana. Con excepción de dos, todos los contactados accedieron a darnos su visión sobre el parón de viajeros, procedentes de los principales mercados emisores, con el requisito de no ser identificados.

Aclararon que las valoraciones hechas han sido transmitidas a las autoridades turísticas cubanas y, aunque no lo dijeron explícitamente asumen que aparecer en nuestra publicación podría implicar un enfado de algunos en La Habana, donde la tensión por los malos resultados de la industria sin chimenea en 2019 pesan y tensionan.

Sus respuestas han sido resumidas para evitar duplicidades por coincidencias de argumentos y en favor de la ligereza del texto.

¿A qué obedece la caída de un 9,3% del turismo en Cuba?

La situación del turismo en Cuba no es más que un síntoma de la marcha de la economía cubana, que es muy preocupante. El turismo sufre las múltiples carencias económicas que soporta el país.

Evidentemente, en esta reducción en la llegada de turistas influyen factores externos como las sanciones de la administración Trump y la caída del mercado europeo; pero también internos con errores de gestión y una política de elevar notablemente los precios sin una contrapartida real en la elevación de la calidad de los servicios que -afortunadamente- se va corrigiendo, pero que aún resulta insuficiente.

Algunas voces, como la del economista Pedro Monreal, han criticado una política de seguir construyendo hoteles, cuando no llegan turistas y Cuba tiene otras prioridades.

El turismo no debe verse con una visión cortoplacista o de coyuntura. Quizá el señor Monreal tenga razón en la actual situación y, siendo un experto, habrá hecho una correcta valoración del momento actual. Ha hecho una adecuada foto fija, digamos.

Pero la construcción de esos hoteles obedece a que grandes cadenas siguen apostando por el destino Cuba y su apuesta contribuye a dinamizar y especializar la oferta para diferentes segmentos y que Cuba no haya paralizado la construcción de instalaciones turísticas es una señal esperanzadora, junto con la aparición de nuevos inversores extranjeros.

Cuba es uno de los países del Caribe más atractivos para el turismo por geografía, historia y cultura y esos valores son permanentes.

En la primera respuesta, mencionaron errores de gestión y mala política de precios, como factores internos que conspiran contra el turismo, ¿cuáles?

Empecemos por lo positivo. Los turoperadores españoles hemos sido los más peleones con las autoridades cubanas para que rectificaran el rumbo emprendido al calor de la apertura del entonces presidente norteamericano Barack Obama, que desató una ola de turismo estadounidense en la isla.

El gobierno cubano cometió el error de subir los precios de manera desorbitada y no fue por falta de avisos y advertencias nuestras que hicimos más de veinte veces porque algún compañero tuvo el detalle de contabilizarlas. Les aportamos experiencias de otros mercados turísticos que habían cometido el error de inflar precios en determinadas coyunturas y que habían acabado sufriendo una recesión tremenda.

El viajero actual es una persona informada y consulta precios de varios destinos en la región a la que quiere pasar sus vacaciones, compara y luego decide.

Cuba no hizo caso, subió los precios entre un 40 y 50% en Temporada alta (noviembre a abril) y se quedó sin turistas norteamericanos y sin los de mercados tradicionales, como España.

Lamentablemente, no han reconocido que se equivocaron. Ni una palabra. Pero han modificado los precios a la baja con niveles asequibles al tradicional comportamiento del mercado turístico cubano.

Cuando reclamábamos la respuesta era fija: Es lo que hay; sin tener en cuenta los años que llevamos trabajando en el mercado cubano donde nuestra experiencia y conocimientos tiene un peso específico.

El pasado otoño, el presidente Díaz-Canel compareció en televisión para reconocer una coyuntura económica adversa, ¿cómo influye la crisis actual en el turismo?

En octubre pasado, cuando las autoridades cubanas reconocieron públicamente la crisis del combustible, nos preocupamos; pero ellos reaccionaron bien y han garantizado los servicios de transportes para el turismo de una manera eficaz, aunque no exenta de algunos sobresaltos iniciales por las tensiones lógicas que provoca la falta de carburantes.

Y, en paralelo, nos han ofrecido facilidades para mover turistas con fórmulas que antes no siempre fueron bien vistas ni comprendidas, dejar que promoviéramos movimientos de turistas a su aire, con mayor flexibilidad en la contratación de determinados servicios.

Cuba es un importador neto de alimentos, ¿cómo influye en los servicios al turismo la baja productividad de la agricultura cubana y, en especial, la ausencia de producciones agropecuarias de calidad?

Ese es su Talón de Aquiles. Cuando comenzamos a trabajar el destino cubano, creímos que el crecimiento turístico obligaría a una renovación intensa de la agricultura y la ganadería cubanas, como proveedor principal de hoteles y restaurantes, pero eso nunca ha ocurrido.

Y, lógicamente, una empresa extranjera que gestiona un hotel de lujo o de cuatro estrellas no puede ofrecer mala calidad en su oferta de hostelería y tiene que salir a comprar en otros mercados.

Otro tema que nos preocupa es el descuido en el servicio por parte de algunos trabajadores. Hay cadenas hoteleras que funcionan mejores que otras, pero en casi todas, vemos empleados, que por falta de incentivos, descuidan su labor, que es clave para seguir atrayendo turistas porque de nada vale tener buena infraestructura hotelera con determinadas carencias en la calidad de los servicios.

Por vez primera estamos viendo empresas hoteleras que han estabilizado la calidad de sus servicios y otras que padecen descuidos inexplicables.

Por ejemplo, el grupo Cubanacán está haciendo un trabajo excelente con una red de antiguas edificaciones emblemáticas, incluso palacios, que los ha reformado para el uso turístico y los resultados están acompañando ese esfuerzo.

El pasado 18 de enero se designó a Manuel Marrero Cruz como nuevo Primer Ministro de Cuba, ¿cómo valoráis esta designación y cómo creen que influirá en el turismo?

Valorar decisiones políticas no nos corresponde a nosotros y menos aún de un gobierno extranjero. Intuimos que muchos cubanos se habrán quedado perplejos con la designación porque ocurre cuando peor marcha el turismo en Cuba y sabiendo que hay otras personas incluso mejor preparadas que Marrero Cruz para ese puesto.

Pero preferimos quedarnos con lo positivo. Desde su nuevo cargo creemos que apostará por el turismo porque lo conoce y es un convencido de su importancia estratégica para el desarrollo de Cuba, en estos momentos y en el futuro.

Perdonar que insista en temas políticos, ¿cómo habéis acogido la designación del hasta entonces viceministro primero Juan Carlos García Granda, como nuevo Ministro de Turismo?

Con optimismo y esperanzados. García Granda es un buen profesional con una trayectoria que lo avala y creemos que será un buen interlocutor para los que llevamos más de 30 años apostando por el destino Cuba.

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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