El Ministro de Transporte de Cuba, Eduardo Rodríguez Dávila, criticó a los taxistas privados, a quienes acusó de no respetar las nuevas regulaciones que impusieron precios topados al traslado de pasajeros.
“Personalmente este martes montamos en varios taxis privados de la capital, y si bien muchos transportistas están cobrando los 10 pesos aprobados por el Consejo de la Administración Provincial (para quienes aborden el vehículo en puntos intermedios del recorrido), vimos como fenómeno nuevo que otros están acortando los viajes y cobrando lo mismo”, dijo Rodríguez Dávila.
Este primero de febrero comenzaron a aplicarse en La Habana los precios máximos del transporte aprobados por el gobierno provincial, que ya entraron en vigor en otras provincias en las últimas semanas.
El ministro reconoció que existen dificultades a la hora implementar dicha política, y anunció modificaciones en algunos territorios del país.
Subrayó que el proceso debe desarrollarse con retroalimentación y no de forma abrupta, de acuerdo a las particularidades de cada territorio. Sin embargo, recalcó que los conductores privados tienen que respetar las normativas, pues tener la licencia de operaciones los convierte en servidores públicos, y por ello su trabajo se está observando y monitoreando.
En ese sentido, Rodríguez denunció que una buena parte de los portadores privados de la capital no han sacado sus tarjetas magnéticas para la compra de combustible a un precio menor.
“Estamos llamados en primer lugar a perfeccionar las normas o regulaciones, y en segundo lugar a tener mucha comunicación con los propios taxistas y con la población, de la cual a diario recibimos opiniones a través del teléfono 18 820, de la Dirección General de Transporte en La Habana, y nos corresponde evaluarlas de manera integral”, advirtió.
El pasado 17 de enero la Empresa Provincial de Transporte de la capital aprobó los precios máximos que los transportistas privados deben cobrar a sus clientes. La nueva reglamentación establece que los recorrido dentro de la ciudad a cualquier lugar no pueden costar más de 10 pesos. Se exceptúan los tramos cortos donde siempre se han cobrado cinco pesos, y otros expresamente delimitados cuyo precio máximo es de 20 pesos, siempre que el usuario haga el trayecto completo.
Pero la población no confía en la nueva medida, harta de recientes y constantes fracasos. Según denunció a CiberCuba una pasajera llamada Bertha, topar los precios solo afecta a los viajeros. “Más de una vez se ha demostrado que la pulseada entre el Estado y los boteros exprime a los más pobres. El gobierno prueba a ver quién puede más y ahí acaban con nosotros el taxista privado resuelve todo con una huelga”, lamentó.
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