Ni más ni menos: venderán tres libras de papa por persona en Matanzas

El próximo martes 18 de febrero comenzará la venta de tres libras de papa por persona en la provincia de Matanzas, según anunciaron las autoridades locales.

Según Carlos Luis Naranjo, delegado del Ministerio de la Agricultura en Matanzas, el producto está garantizado “porque el lunes 17 iniciamos la cosecha por la Unidad Básica de Producción Cooperativa Gispert y automáticamente se surtirán los puntos de venta”.

La comercialización de la papa, de acuerdo con la información publicada por Radio 26, se hará a través de la libreta de abastecimiento en los puntos de venta y mercados agropecuarios estatales del territorio cabecera.

Hasta el 29 de febrero se despacharán las 224,1 toneladas que necesitan los 162 mil habitantes de la ciudad en esta primera vuelta, aseguró Naranjo.

Luego se le venderá el tubérculo a los restantes 12 municipios matanceros.

También se informará oportunamente sobre las próximas ventas a medida que avance la cosecha, indicó el citado medio.

La papa, uno de los productos que más codician los cubanos, es también uno de los que más se ha racionado en los últimos tiempos de escasez en el país.

El pasado año, la periodista cubana Glenda C. Boza Ibarra cuestionó en redes sociales las desigual distribución de un alimento tan vital como la papa, de la que en La Habana se vendían entonces seis libras por persona, en Villa Clara, dos, y en el Oriente del país, ninguna.

A partir de diciembre de 2018, la venta subsidiada de papas en Cuba fue de solo una libra por persona, debido a la baja recolección en la campaña anterior y el atraso que presentaban los principales polos productores en la siembra de ese año.

Decir en cualquier vecindario cubano que llegó la papa al mercado, es como anunciar un acontecimiento muy esperado. Las personas corren, soportan largas colas, se pelean, hacen sus trucos. Lo cierto es que hace años la papa no alcanza para cubrir la demanda del pueblo cubano, y muchos siguen soñando con la época en la que el trato con ese alimento básico era más cercano y menos sufrido en la Isla.