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La clave de la cifra oficial de coronavirus en Cuba será el cierre de los certificados de defunción

Los certificados de defunción reflejarán una enfermedad, pero no el virus que la originó.

Coronavirus en Cuba © CiberCuba
Coronavirus en Cuba Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 3 años

El gobierno cubano no está dando las cifras reales del coronavirus en la isla, donde persisten las dudas sobre una supuesta linealidad de los casos y la fiabilidad de los test que se realizan, dijo a CiberCuba un médico jubilado del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) que pidió no ser identificado.

La fuente no quiso aventurar un número probable de infectados, pero comentó que podrían ser "una cifra considerable" debido a la escasa fiabilidad de los test rápidos, a la imposibilidad de la mayoría de los cubanos de respetar el aislamiento por su necesidad diaria de comprar alimentos y al período en que personas enfermas y asintomáticas se relacionaron y aún interactúan con el resto de la población, incluidos turistas extranjeros y viajeros cubanos.

"La única novedad es el grupo de géografos y estadísticos que dicen tienen haciendo proyecciones, porque nada de eso ocurrió cuando las epidemias de dengue, zika, cólera y el N1-H1 (Influenza A)", precisó la fuente, médico de profesión y quien en los últimos años de desempeño profesional trabajó en el Departamento de Atención a la Población, del MINSAP.

La clave de los fallecimientos habrá que buscarla en "los cierres de los certificados de defunción, donde aparecerá una causa, pero no el virus que originó la dolencia", precisó.

El coronavirus provoca dolencias pulmonares y ataca a los bronquios, pero el paciente sufre esas dolencias como derivación del COVID-19, y eso no lo van a reflejar en los certificados de defunción, aseveró.

El ex funcionario del MINSAP animó a los familiares de los pacientes que fallezcan a exigir que les entreguen "los resultados de todos los análisis y pruebas" a los que sean sometidos sus seres queridos, porque es su derecho y el deber de los médicos, subrayó.

La linealidad en las estadísticas no se sostiene técnicamente y, si observamos su comportamiento, hubo un momento en que el número de fallecidos con respecto al total de contagios reconocidos generó una cifra muy alta de mortalidad, que obligó al MINSAP a corregir la estrategia, recordó.

La salud pública tiene que dejar de ser elemento de propaganda política, que no cura nada; al contrario, genera desconfianza en la población hacia el sistema sanitario, afirmó.

Lógicamente, aún cuando podamos contabilizar un número bastante real de enfermos y fallecidos por coronavirus, cotejando datos que no reflejarán sus certificados de defunciones, en esa cantidad no estarían incluidos aquellos que sufran secuelas posteriores como fibrosis pulmonar, con su consiguiente insuficiencia respiratoria crónica y los daños psicológicos, algunos irreversibles, apuntó.

"Recuerdo que cuando se produjeron picos muy elevados de muertes por dengue, el MINSAP orientó que los certificados de defunción reflejaran neumonía y bronconeumonía, como causas de esos fallecimientos; pero sin consignar que esas dolencias eran derivaciones del dengue".

La estrategia sanitaria ha sido errónea desde el comienzo de la crisis, desoyendo las alertas mundiales y manteniendo abiertos fronteras, colegios y otros establecimientos públicos para dar una apariencia de excepcionalidad, que será costosa para Cuba y, ahora, no han tenido peor ocurrencia que llenar el centro de La Habana de enfermos de coronavirus, concentrándolos en el hospital Salvador Allende, precisó.

"La antigua Quinta Covadonga está militarizada y ha sido puesta en función del coronavirus, pero eso está en El Cerro, en el centro de la capital", informó el ex funcionario ministerial, que achacó el uso para el coronavirus del hospital Salvador Allende a la repetición de una medida similar, en años recientes, para afrontar una epidemia de dengue.

Aquella vez, el hospital fue dedicado en exclusiva a atender pacientes de dengues y la decisión provocó el agotamiento físico y mental de la mayoría de sus profesionales, que trabajaron con mucha tensión, porque cuando hay epidemias se rompen equipos de diagnóstico como Rayos X, tomografía y laboratorios, debido al uso intenso y extenso, matizó.

De la misma manera ocurre con los recursos humanos, cuando un médico o enfermera tiene que atender más pacientes de los habituales y en condiciones de riesgo, el desgaste físico y emocional es notable y algunos hasta pedirán bajas temporales, aventuró el ex funcionario del MINSAP.

En la epidemia del coronavirus se prestará mucha atención a La Habana, pero pueden producirse peores situaciones en provincias y pueblos, especialmente en aquellos lugares con problemas con el agua y donde mayor sea la escasez de comida y de jabones, avisó el funcionario jubilado del MINSAP.

"Resulta muy complicado que las personas respeten las pautas de distancia social y puedan realizar un aislamiento efectivo, teniendo que salir a la calle a hacer colas y teniendo que compartir espacios comunes en viviendas y centros de aislamiento", lamentó el experto, que recomendó a "todos los cubanos que se cuiden y acudan al médico en cuanto noten el menor síntoma".

La escasez de alimentos y artículos de aseo es más grave en algunas provincias que en la capital y la pobreza genera tensión social, especialmente en etapas complicadas, como las que vivimos, subrayó.

En otras epidemias -aseguró- hubo pacientes que se ocultaron; en esta ya ha habido un fallecido que solo fue al hospital cuando poco podía hacerse por su vida; y las personas deben evitar llegar a situaciones extremas, aunque entiendo el temor que ha despertado en las personas el desconocimiento del grado de fiabilidad de los test.

El ex funcionario aseguró desconocer la cantidad de medios disponibles para afrontar la epidemia de coronavirus en Cuba y rechazó las versiones de que los mejores especialistas están fuera de Cuba.

"No tengo datos, pero pienso que los buenos especialistas están repartidos a la mitad entre los que permanecen en Cuba y los que están trabajando fuera, aún cuando el gobierno haya privilegiado el envío de especialistas de los Grupos III y IV, los de mayor calificación, a países extranjeros que -como en el caso del mundo árabe- están trabajando en clínicas y hospitales privados", comentó.

Cuba tiene médicos trabajando fuera, pero ya no estamos en la época de Brasil, cuando prácticamente se vaciaron hospitales de personal sanitario para mandarlos a trabajar a ese país. Los que quedaron estaban desbordados y se resintió la calidad asistencial, ahora la situación es diferente "pero los médicos cubanos -que están entre los mejores del mundo- están agotados por trabajar en tan difíciles condiciones, desde hace años", apuntó.

"Lo nuevo -repito- es el coronavirus y sus estadísticas, el maquillaje de cifras permanece casi igual, desde hace años, fíjese que el ministro (de Salud Pública) no deja de hablar de pesquisaje de enfermedades respiratorias y no ha podido explicar siquiera cuántos pacientes han sido sometidos a la prueba de Reacción de la Polimerasa (PCR)", apuntó.

Como tampoco ha podido precisar la cantidad de pruebas realizadas para Influenza A y cuántos cubanos padecen esta enfermedad, agregó.

¿Cuántos pacientes están reuniendo para abrir un kit de PCR, que es un examen costoso?, esa sería una buena pregunta, concluyó el médico cubano, que se jubiló en el departamento de Atención a la Población del MINSAP.

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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