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EE. UU. vs. China: Lo que es de casa se queda en casa

Bajo la actual administración del presidente, Donald Trump, se ha intensificado la lucha contra el espionaje comercial chino, así como también la protección de nuestra ventaja competitiva y nuestra economía innovadora.

Donald Trump Y Xi JinpingFoto © Twitter / Reporte Ya
Donald Trump Y Xi JinpingFoto Foto © Twitter / Reporte Ya

Este artículo es de hace 3 años

Para nadie es un secreto que China está haciendo malabares por dominar el paisaje de la propiedad intelectual (PI). Eso estaría muy bien si sobre la nación asiática no existiera la sospecha de que una buena parte de sus solicitudes de patentes son fraudulentas, mayormente frutos del talento americano.

Según la Comisión Estadounidense sobre el Robo de Propiedad Intelectual, la usurpación relativa a la PI nos cuesta cada año cientos de miles de millones de dólares, y China, a todas luces, es "el principal infractor” en ese sentido. De hecho, está comprobado que lo ha venido haciendo desde hace más de una década.

Lógicamente, Estados Unidos no se ha cruzado de brazos. Bajo la actual administración del presidente, Donald Trump, se ha intensificado la lucha contra el espionaje comercial chino, así como también la protección de nuestra ventaja competitiva y nuestra economía innovadora.

En 2018, concretamente, el Departamento de Justicia (DOJ en inglés) lanzó la “Iniciativa China” en aras de priorizar los asuntos relacionados con el espionaje económico proveniente del país asiático. Desde entonces, se han anunciado cargos en unos 24 casos.

Al mismo tiempo, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) ha dicho que sus 56 oficinas en todo el país estudian cerca de otros mil casos vinculados con el área tecnológica, pero que involucran a empresas de todas las ramas de nuestra economía, incluyendo las compañías Fortune 100 y las prestigiosas corporaciones de Silicon Valley, según indica un reporte de VOA News.

Entretanto, la Oficina del Representante de Comercio Exterior de EE. UU. considera que China comete una amplia gama de malas prácticas en términos de derechos de autor, incluyendo el robo de secretos comerciales, la piratería en línea y la fabricación falsificada.

El modus operandi chino

Históricamente, la nación asiática se ha valido de diferentes métodos para usurpar secretos económicos estadounidenses.

En efecto, una de las tácticas más usadas por los chinos ha sido a través de instituciones de investigación académica y programas de reclutamiento relacionados. Uno de ellos es el de los Mil Talentos, dirigido a investigadores estadounidenses y de otras partes del mundo a fin de que trabajen para China.

Precisamente, mediante ese programa varios catedráticos han sido arrestados por estar conectados a transferencia no autorizada de PI, haber recibido fondos de investigación del gobierno chino o por haber cometido fraude al no revelar subvenciones millonarias recibidas para realizar estudios en China.

Sobresale también el uso de piratas informáticos y agentes individuales, quienes pueden escapar más fácilmente de cualquier sospecha.

Dichos individuos son utilizados para recopilar información estratégica sobre distintos sectores clave de nuestra economía, entre ellos, el tecnológico, el armamentístico, el aeroespacial y el energético, por citar tan solo unos ejemplos.

Las acusaciones sobre China

Las acusaciones de EE. UU. contra el país asiático, particularmente en el marco del lanzamiento de la “Iniciativa China”, constituyen una muestra de lo que nuestro país enfrenta a diario en este sentido, tal como refleja el Informe Anual al Congreso sobre PI, elaborado en marzo pasado por la oficina de Coordinación para la Aplicación de la Propiedad Intelectual.

He aquí 10 de los principales hechos reportados por el DOJ en tan solo un lapso de nueve meses:

1. Octubre 10, 2018: el DOJ anunció que un agente del Ministerio Chino de Seguridad del Estado fue acusado de intentar cometer espionaje económico, así como de robar secretos comerciales de la aviación y el sector aeroespacial de EE. UU.

2. Octubre 30, 2018: el DOJ anunció la acusación de dos oficiales chinos de inteligencia y los piratas informáticos que trabajaron bajo su dirección, por conspirar para robar propiedad intelectual e información comercial confidencial referente al motor de turboventilador utilizado en aviones comerciales.

3. Noviembre 1, 2018: el DOJ anunció acusaciones contra una empresa estatal china, una empresa de Taiwán y tres personas por su conspiración para robar y transmitir secretos comerciales robados de una empresa estadounidense de semiconductores (Micron Technology, Inc.) en beneficio de una empresa controlada por el gobierno chino.

4. Diciembre 20, 2018: el DOJ anunció la acusación de dos ciudadanos chinos por realizar campañas mundiales de intrusiones informáticas en nuestra contra.

5. Diciembre 21, 2018: el DOJ anunció que un ciudadano chino, residente legal de EE. UU., fue acusado de robo de secretos comerciales vinculados con el petróleo.

6. Enero 28, 2019: el DOJ anunció la acusación contra una empresa china y su filial estadounidense por intento de robo de secretos comerciales a la empresa de telecomunicaciones T-Mobile.

7. Abril 23, 2019: el DOJ desveló la acusación a un exingeniero de General Electric (GE) y un empresario chino por espionaje económico y para robar secretos comerciales de GE.

8. Junio 14, 2019: el DOJ anunció que un ciudadano estadounidense naturalizado, nacido en China, y una compañía que él y su esposa establecieron fueron acusados ​​de robo de secretos comerciales en conexión con el robo de información de su antiguo empleador, Analog Devices, Inc., una compañía de semiconductores.

9. Julio 10, 2019: el DOJ anunció la acusación de un ingeniero de software de un fabricante de locomotoras de Chicago por robo de secretos comerciales para entregar a China.

10. Julio 29, 2019: el DOJ anunció que un individuo fue condenado por un cargo de conspiración para cometer robo de secretos comerciales a la empresa con sede en Houston, Trelleborg Offshore, para el beneficio de CBM-Future New Material Science and Technology Co. Ltd, una empresa china con sede en Taizhou.

El costo del robo de PI

En enero de este 2020, Estados Unidos y China firmaron la Fase Uno de un acuerdo histórico que demanda, entre otros cambios, reformas estructurales vinculadas con la propiedad intelectual.

La actual administración intenta así poner un alto a lo que viene sucediendo, porque, tal como ha dicho Trump, "realmente, tenemos que analizar la transferencia de tecnología forzada y el robo de propiedad intelectual, que por sí solo le está costando a los Estados Unidos y a sus compañías al menos $300 mil millones de dólares al año".

Y es que robar secretos comerciales y patentes genera una cadena de actividades delictivas que le cuestan demasiado a nuestra economía. Podríamos citar ejemplos como estos:

1) Se crean y se venden millones de artículos falsificados

China es el principal productor mundial de productos falsificados y responsable del 85% de los productos de este tipo que confiscan los funcionarios fronterizos estadounidenses.

2) Se violan marcas comerciales inescrupulosamente

China tuvo que indemnizar económicamente a la marca Disney tras reconocer que le había robado propiedad intelectual al plagiar la película Cars en muchísimos aspectos.

3) Se cometen delitos de crimen organizado y conspiración

Una inculpación de esta índole recae sobre la compañía tecnológica china Huawei, a la que EE. UU. acusa de robar códigos fuente y manuales de usuario para routers de Internet en detrimento de la seguridad de nuestro país. En realidad, Washington batalla desde hace tiempo contra Huawei, pues esta empresa podría usar su tecnología 5G para cometer espionaje.

COVID-19: implicación China en robo de datos

La actual pandemia del coronavirus, originaria de China, no ha hecho más que exacerbar nuestras diferencias. Aparte de que ya se investiga el hecho de que ese país ocultó información referente al virus, evitando que la comunidad internacional actuara más a tiempo, hoy se lo acusa de haber ejecutado ciberataques contra centros investigativos estadounidenses.

Según un comunicado del FBI y la Agencia de Ciberseguridad e Infraestructura, la agresión informática tiene como objeto robar información sobre los tratamientos que se están probando aquí para luchar contra el COVID-19.

Hospitales, laboratorios y empresas farmacéuticas, son el principal blanco de los hackerschinos, de acuerdo con un funcionario consultado por CNN y de cuyas declaraciones se hace eco un reporte del diario LATimes.

La misma fuente puntualiza que la invasión cibernética, con una frecuencia casi diaria, igualmente ha afectado al Departamento de Salud y Servicios Humanos, que supervisa a los Centros de Control y Prevención de Enfermedades.

Con todo esto en el panorama de las relaciones Washington-Beijing, está claro que nuestra nación debe continuar defendiendo su derecho a proteger sus riquezas, conocimientos, avances, innovaciones, hallazgos, en fin, todo lo resultante del ingenio de nuestros compatriotas. No es justo ni legal que China, ni ninguna otra nación, absorba nuestro potencial en pro de su beneficio.

Mano dura hay que aplicar para que lo que es de casa se quede en casa. Estados Unidos ha sido, es y seguirá siendo el líder mundial en la inventiva y el progreso económico-industrial.

Que nadie se engañe con la idea de que el país asiático nos supera en innovación y creatividad. Amparada bajo un manto de engaño, usurpación, violación de normas y competencia desleal, ¿qué credibilidad puede tener esta nación, encabezada por el Partido Comunista Chino?

Reproducido con autorización del autor. Publicado originalmente en su blog.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Rafael Marrero

Economista. Graduado de las universidades de Stanford y Cornell, es un reconocido experto en EE.UU. en contratación federal, emprendimiento para pequeñas y medianas empresas y gestión de proyectos. Autor del bestseller de Amazon La salsa secreta del Tío Sam.


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