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Negacionismo de la mascarilla, un movimiento que se extiende por el mundo

Los grupos negacionistas del coronavirus y recientemente de las mascarillas, se extiende cada vez más por el mundo, apoyados en pseudociencias y fakes news.

Se solicitan voluntarios © Facebook / Revista Tierra Bella
Se solicitan voluntarios Foto © Facebook / Revista Tierra Bella

Este artículo es de hace 3 años

En Internet se puede encontrar mucha información generada por grupos negacionistas del coronavirus. Aseguran criterios que van desde su creación en un laboratorio, hasta la propia negación de su existencia.

Sin embargo, la evidencia científica ha dado respuestas a muchos de estos bulos y han quedado descubiertos sus autores. El nuevo objetivo de estos grupos pseudocientíficos van encaminado a desacreditar el valor de las mascarillas como medida de prevención contra el coronavirus.

Se cree que fue en Estados Unidos donde comenzó a gestarse el rechazo a portar mascarillas como medida preventiva frente a la pandemia que afecta a 185 países del mundo. No es un comportamiento único en ese país, los grupos negacionistas de las mascarillas se extiende cada vez más por el mundo.

Una de las acciones que tuvo más peso mediático fue la negativa del presidente estadounidense Donald Trump a llevar la mascarilla en público, a pesar de reconocer su importancia y de estar indicado su uso por el especialista en epidemiología de la Casa Blanca, Anthony Fauci.

De trasfondo comenzó a ser visible a escala mundial la existencia de un conflicto ideológico y con ello la aparición de un movimiento social que critica el sistema que antepone lo que consideran "seguridad irracional" a la libertad individual. Los estadounidenses lo han bautizado como "safetyism", es decir, "segurismo".

Una de las cuestiones que acrecentó las dudas entre la ciudadanía sobre la efectividad del uso de la mascarilla como medida preventiva fue el cambio de criterios de las autoridades, incluyendo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) con respecto a este asunto que pasó de ser alternativo a obligatorio.

En Europa se han dado posicionamientos similares a los de los grupos radicales estadounidenses. Países como Alemania, Reino Unido y Holanda, por ejemplo, apostaron por medidas de confinamiento flexibles que no limitaran las libertades de su ciudadanía.

Estos países, con sistemas sanitarios poderosos, han llegado a ver casi al colapso de sus hospitales en esta crisis por el coronavirus. Algunos gobiernos han tenido que redimensionar sus estrategias y cambiar sus discursos políticos, no solo en cuanto al uso de la mascarilla.

En este sentido, uno de los estados que cambió de postura fue el de España que dictó una norma ministerial para decretar obligatorio el uso de la mascarilla en los espacios públicos desde el 21 de mayo, dos meses después de iniciada la crisis. Hasta ese momento la medida había sido flexible y estaba sujeta a la voluntad de uso de la ciudadanía.

Inmediatamente después de decretarse la obligatoriedad de portar mascarillas, comenzaron a circular en las redes sociales los mensajes de grupos pseudocientíficos y antivacunas, en que argumentaban razones para no cumplir la medida sanitaria.

¿Qué ideas defienden los negacionistas de las mascarillas?

En primer lugar, desde el punto de vista sociológico, este movimiento asegura que el uso de mascarillas coarta la libertad de los ciudadanos, no solo de respirar, sino de expresarse libremente.

La homogenización del uso de la mascarilla, como medida preventiva, se vinculó a la idea de un pensamiento socialista donde prima el valor de la colectividad y los individuos deben sacrificar sus libertades en función de acoger en silencio las órdenes del Estado.

Ante las posiciones críticas comenzaron a surgir inquietudes sobre la efectividad de esta medida y su alcance en los distintos ámbitos de la vida en sociedad. Por lo que, para resultar más convincentes, los negacionistas incorporan una visión pseudocientífica al asunto.

Se viralizó la idea de que, si se usan los nasobucos de forma constante, los individuos pueden respirar el CO2 que exhalan y esto puede generar hipoxia. Además, aseguran que si se está sano no hay por qué llevarla pues no protegen a la población de contraer el virus.

Ambos argumentos han sido desmentidos por la comunidad científica con datos recopilados durante la pandemia en diferentes naciones.

¿Cómo se transmite el SARS-CoV-2?

Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2, SARS-CoV-2, apareció en China en diciembre 2019. Genera la enfermedad infecciosa llamada COVID-19 que la OMS la declaró pandemia el 11 de marzo de 2020.

Coronavirus es una familia de virus responsables de causar patologías respiratorias que pueden ser leves como el resfriado común. La mayoría de los coronavirus circulan entre animales como cerdos, murciélagos, gatos. Pero en ocasiones “saltan” a los humanos.

Entre los humanos el virus se expande a través de las gotículas respiratorias que expulsa por la boca y nariz un enfermo o persona asintomática, al toser, hablar o estornudar. Se puede transmitir por vía directa, al estar en contacto con alguien infectado, si las gotículas que emite alcanzan tus mucosas.

El virus también tiene transmisión indirecta. Las gotículas con carga viral pueden reposar en superficies u objetos por largo tiempo en dependencia del material. Por ejemplo, en el aluminio puede llegar a estar activo hasta tres días.

Se puede transmitir también de forma aérea pues algunas gotículas permanecen en el aire durante períodos prolongados. En estas tres vías de infección el nasobuco tiene un papel determinante para frenar la proliferación del coronavirus.

Razones para defender el uso de la mascarilla

Entre las razones más poderosas para defender el uso de las mascarillas está el alto índice de diagnósticos del coronavirus en casos asintomáticos. Estas personas son portadores del virus y lo propagan con mayor rapidez que quienes están conscientes de su enfermedad.

Es por esta razón que los defensores de la mascarilla la asumen como una medida de precaución que tiene la intencionalidad de evitar contribuir a los contagios y para los profesionales de la salud es imprescindible como medio de protección.

Existen diferentes tipos de mascarillas y estas tienen distintos usos y grados de protección. Los profesionales de la salud aseguran que son un equipo efectivo para evitar la propagación del virus, pero insisten en que deben acompañarse de otras medidas de prevención como la higiene de las manos y la distancia social.

Corea del Sur uno de los países asiáticos que mejor ha gestionado esta crisis. La clave para evitar la expansión del virus ha sido el uso de la mascarilla, según indica el profesor Kim Woo-joo del Hospital Universitario Guro de la Universidad de Corea en Seúl.

Los coreanos han multiplicado su experiencia, apoyada en datos científicos, para que la comunidad internacional reflexione y saque conclusiones propias sobre la importancia de esta medida de prevención.

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Gretchen Sánchez

Branded Content Writer en CiberCuba. Doctora en Ciencias por la Universidad de Alicante y Licenciada en Estudios Socioculturales.


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