Un grupo de cubanos que fueron asaltados por coyotes en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua relataron los trágicos sucesos en los cuales la única mujer que los acompañaba resultó gravemente herida de bala.
Según el testimonio de los migrantes, publicado este sábado por el medio nicaragüense La prensa, el hecho ocurrió entre las 8 y 10 de la noche del pasado primero de agosto, en una zona montañosa de la frontera conocida como La Guacimada.
Al llegar a la estación de Peñas Blancas y encontrarse con la prohibición de ingreso a Nicaragua por parte de las autoridades de ese país, ellos decidieron comunicarse por WhatsApp con coyotes que le habían recomendaron otros indocumentados.
"Los coyotes nos ofrecieron cruzarnos por 150 dólares cada uno, pero en el trayecto planificaron el asalto, y al defendernos, realizaron varios disparos y me dieron en la cabeza", relató Lázara Esther Fernández Artiz, de 47 años, quien viajaba con su esposo Luis Enrique Hernández Jerez, de 32 años.
Al ver que la mujer se había desplomado, su pareja huyó del lugar junto con otros dos cubanos, quienes pensaron que la habían matado y luego, harían los mismo con ellos. Luis Enrique afirma que les dispararon unas siete veces mientras huían, pero lograron llegar a una casa y pedir ayuda para llamar al Ejército nicaragüense o cualquier otra institución que los auxiliara.
Lázara Esther había caído inconsciente en un monte, donde los delincuentes le sustrajeron varias prendas de ropa y 400 dólares que llevaba en su bolso.
Sin embargo, a los pocos minutos la mujer recuperó el conocimiento y pese a estar herida, logró ponerse de pie y caminar rumbo a una carretera cercana, mientras su esposo, angustiado, guió a los oficiales del Ejército al lugar del asalto en busca del cuerpo.
"Yo pensaba que la habían matado, pero cuando llegamos al lugar donde nos dispararon ya no encontramos a mi esposa, y a eso de las 10 de la noche nos informan que la habían hallado caminando por la carretera", contó Luis Enrique.
Las autoridades nicaragüenses la trasladaron al hospital de Rivas, pero debido a la gravedad de sus heridas fue transferida a un centro hospitalario de Managua.
Relata la mujer, originaria de la provincia de Cienfuegos, que el proyectil entró por detrás de la oreja izquierda, le atravesó la boca y quedó incrustado en su nariz.
“En el trayecto me desprendió piezas dentales y me causó lesiones en la mandíbula, explicó.
En el hospital lograron extraerle el proyectil y colocarle retenedores en la boca para asegurar las piezas dentales. Ocho días después, la pareja siguió su viaje.
Ella y su esposo salieron de Cuba en marzo de 2019 y se dirigen a la frontera México-Estados Unidos, donde piensan pedir asilo político.
Sin embargo, esta opción es cada día más lejana para decenas de cubanos que llegan a la zona limítrofe entre ambos países norteamericanos y cuyas cortes migratorias están paralizadas desde marzo por la pandemia de coronavirus.
A pesar de ello, y de los riesgos que entraña la travesía, cada vez más insegura para los migrantes cubanos que viajan con dólares en sus bolsillos, estos continúan exponiendo sus vidas en Centroamérica para huir de la escasez y la falta de libertades en su país.
Actualmente en Peñas Blancas hay un grupo de entre 86 y 173 cubanos solicitantes de asilo en Costa Rica que permanecen varados. Hasta el pasado 8 de agosto la guardia fronteriza costarricense no les dejaba seguir camino porque no se habían hecho las pruebas del coronavirus.
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