Un barco de pasajeros rescató a una niña de 4 años que se encontraba flotando en mar abierto encima de un unicornio inflable, después que las corrientes del mar Mediterráneo la alejaran de la playa en la ciudad griega de Antirrio, donde se encontraba junto a sus padres.
Los padres veían a la pequeña desde la arena, pero bastó un instante de distracción -combinado con una brisa un poco más fuerte- para que la niña quedara a varios metros de distancia de la orilla.
Medios de prensa indican que los padres pidieron ayuda cuando se dieron cuenta de que la niña estaba a una distancia a la que era demasiado peligroso meterse en el agua nadando para sacarla.
La autoridad portuaria alertó a la tripulación del ferry Salaminomachos, que navegaba la zona en ese momento, sobre la niña que se encontraba a la deriva.
La tripulación de la embarcación no tardó en divisar a la pequeña que, aunque estaba a la deriva muy lejos de la costa, permanecía muy tranquila.
En un vídeo difundido en redes sociales, se puede ver cómo la corriente condujo finalmente a la pequeña hasta la rampa de embarque de la nave, que fue desplegada por el capitán del barco, Grigoris Karnesis.
"Se encontraba en estado de shock. Estaba bien agarrada a ese flotador y no se movía, estaba petrificada", detalló Karnesis a un medio local. "Cuando nos vio y la rescatamos, se atragantó", agregó.
Unos minutos después, el barco atracó en el puerto de Antirrio, donde los padres de la niña la esperaban. El capitán dijo que la madre estaba en un estado similar al de su hija. "El impacto fue grande para ambas", subrayó.
Antirrio es un pueblo ubicado en la región de Aetolia-Acarnania, en Grecia Occidental. Está situado en el lado norte del estrecho de Río, que separa el Golfo de Patras del Golfo de Corinto, y no es el primer incidente de esas características que se produce en la zona.
El mismo ferry ha recogido recientemente a un anciano que descansaba en un colchón inflable cerca de la orilla, cuando también se vio arrastrado por la corriente. En ese caso también fue rescatado.
En 2019, una doctora rusa de 55 años pasó 21 horas flotando en mar abierto, en las inmediaciones de la isla griega de Creta. La mujer descansaba en una cama inflable cuando fue arrastrada por el mar. En ese caso sobrevivió, pero tuvo secuelas.
Las autoridades suelen alertar de la necesidad de mantener vigilancia sobre el entorno cuando se descansa en balsas en la playa. Algunos expertos advierten que cierto tipo de flotadores debería limitarse a piscinas.
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