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Científicos advierten que el coronavirus puede derivar en una "transmisión endémica"

Una segunda ola de COVID-19 afecta a Europa y con el invierno acercándose los peligros se agudizan.

Coronavirus © Fernando Zhiminaicela en Pixabay
Coronavirus Foto © Fernando Zhiminaicela en Pixabay

Este artículo es de hace 3 años

Científicos del mundo se han unido para enfrentar el enfoque de inmunidad colectiva que se defiende en varios escenarios del orbe. Los investigadores aseguran que podría provocar un gran brote incontrolado y derivar en una transmisión endémica.

Los efectos de la segunda ola del SARS-CoV-2 en Europa y el temor a los desafíos que esto implica, ha hecho que muchas personas retomen el interés por el enfoque de inmunidad colectiva.

Un grupo de 80 científicos advierte, en la revista médica británica The Lancet, que la inmunidad de grupo es una "falacia peligrosa".

El enfoque de inmunidad colectiva sugiere permitir un gran brote incontrolado en la población de bajo riesgo y proteger a los vulnerables. Sus defensores creen que esto conduciría al desarrollo de la inmunidad en la población. Sin embargo, los investigadores de esta enfermedad consideran el planteamiento como una hipótesis muy peligrosa que no está respaldada por evidencia científica y por tanto es defectuosa.

Los investigadores aseguran en su publicación que la transmisión incontrolada en personas jóvenes presenta un riesgo de morbilidad significativa y de mortalidad en toda la población.

El grupo de científicos indica que la mencionada estrategia afectaría la vida de los ciudadanos, la fuerza laboral y la capacidad de los sistemas de atención médica.

Hasta la actualidad estos investigadores aseguran que no hay evidencia de una inmunidad protectora duradera frente al nuevo coronavirus luego de una infección natural. Por el contrario, podría suponer un riesgo mayor para las poblaciones vulnerables en un futuro indefinido, porque se podría alcanzar la transmisión endémica por la disminución de la inmunidad.

En esta lógica de pensamiento el enfoque de inmunidad poblacional no acabaría con la pandemia, sino que provocaría epidemias recurrentes, como era el caso de muchas enfermedades infecciosas antes de descubrirse la vacunación.

Los investigadores añaden que aún no se conocen cuáles son las poblaciones o grupos vulnerables que podrían sufrir de un COVID prolongado.

“Definir quién es vulnerable es complejo, pero incluso si consideramos a aquellos en riesgo de enfermedad grave, la proporción de personas vulnerables constituye hasta el 30% de la población en algunas regiones”, indican en su texto.

Los investigadores señalan que estrategias que propicien la infección de grupos en busca de inmunidad colectiva también supondría una carga inaceptable para la economía y los trabajadores de la salud, muchos de los cuales han muerto en esta pandemia o han sufrido traumas como resultado de tener que practicar la medicina de desastres.

El aislamiento prolongado de grandes sectores de la población es prácticamente imposible

El grupo de científicos indicó también que el aislamiento prolongado de grandes sectores de la población es muy poco ético. Argumentan que la evidencia empírica de muchos países muestra que no es factible restringir los brotes no controlados a sectores particulares de la sociedad.

Estos investigadores consideran que este de aislamiento prolongado también corre el riesgo de exacerbar aún más las desigualdades socioeconómicas y las discriminaciones estructurales ya puestas al descubierto por la pandemia en todo el mundo.

Proponen entonces que los esfuerzos especiales para proteger a los más vulnerables deben ir de la mano con estrategias de múltiples niveles de población. Consideran que se debe actuar con decisión y urgencia, ampliando las medidas efectivas que reprimen y controlan la transmisión.

Estas acciones deben estar respaldadas por programas financieros y sociales que fomenten las respuestas de la comunidad y aborden las inequidades que se han agravado por la pandemia.

Los investigadores indican que los gobiernos deben prepararse para establecer restricciones continuas a corto plazo, para reducir la transmisión y corregir los ineficaces sistemas de respuesta ante una pandemia, a fin de evitar futuros bloqueos.

Según los científicos el propósito de estas restricciones debe ser suprimir eficazmente las infecciones por SARS-CoV-2 a niveles bajos que permitan la detección rápida de brotes localizados y una respuesta rápida a través de sistemas eficientes de búsqueda, prueba, rastreo, aislamiento y apoyo para que la vida pueda volver a su punto más cercano sin necesidad de restricciones generalizadas.

El grupo de investigadores concordó en que la protección de las economías está indisolublemente ligada al control de COVID-19, por lo que consideran que se debe proteger a la fuerza laboral y evitar la incertidumbre a largo plazo.

Los posibles modelos de éxitos de la gestión de la pandemia estarían en Japón, Vietnam y Nueva Zelanda, que han demostrado que las respuestas sólidas de salud pública pueden controlar la transmisión, permitiendo que la vida vuelva a ser casi normal.

"No podemos permitirnos distracciones que socaven una respuesta eficaz; es fundamental que actuemos con urgencia basándonos en la evidencia", indicaron los científicos.

Aspectos sobre la COVID-19 en los que concuerdan los científicos

  • El SARS-CoV-2 se propaga a través de gotas y aerosoles, especialmente en condiciones donde la ventilación es deficiente.
  • El nuevo coronavirus tiene una alta infectividad y hay en todos los países condiciones para una rápida propagación comunitaria.
  • La tasa de mortalidad por infección de COVID-19 es varias veces más alta que la de la influenza estacional. Se ha demostrado que la infección puede provocar enfermedad persistente, incluso en personas jóvenes previamente sanas (COVID prolongado).
  • No se conoce aún cuánto dura la inmunidad protectora y, al igual que otros coronavirus estacionales, el SARS-CoV-2 es capaz de volver a infectar a personas que ya han tenido la enfermedad.
  • La transmisión del virus puede mitigarse mediante el distanciamiento físico, el uso de cubiertas faciales, la higiene de las manos y las vías respiratorias, y evitando las multitudes y los espacios mal ventilados.
  • Las pruebas rápidas, el rastreo de contactos y el aislamiento también son fundamentales para controlar la transmisión. La OMS ha estado abogando por estas medidas desde principios de la pandemia.

La pandemia de coronavirus (SARS-CoV-2) ha infectado a más de 35 millones de personas en todo el mundo y ha ocasionado más de 1 millón de muertes.

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