El presidente Donald Trump despidió este martes a Chris Krebs, director de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA, por sus siglas en inglés), la cual había asegurado que las elecciones presidenciales de 2020 fueron “las más seguras de la historia de Estados Unidos”.
“La reciente declaración de Chris Krebs sobre la seguridad de las elecciones de 2020 fue muy inexacta, ya que hubo fraudes y faltas masivas, incluidas las personas muertas que votaron, los vigilantes de la encuesta no permitidos en los lugares de votación, 'errores' en las máquinas de votación que cambiaron”, escribió Trump en Twitter.
Sin embargo, el presidente continúa sin ofrecer pruebas sobre el supuesto fraude electoral que, según él, le robó las elecciones de Estados Unidos.
Krebs, a la cabeza de CISA, una agencia que forma parte del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), había autorizado una declaración oficial de la entidad el pasado 12 de noviembre que afirmaba: “No hay evidencia de que algún sistema de votación haya eliminado o perdido votos, haya cambiado votos o haya sido comprometido de alguna manera”.
La declaración fue un duro golpe a la credibilidad de las acusaciones de fraude electoral que Trump ha lanzado contra los demócratas. El domingo, el mandatario reconoció por primera vez la victoria de Joe Biden en las elecciones del 3 de noviembre.
El documento asegura que la seguridad del sistema electoral se comprobó mediante pruebas realizadas antes de las elecciones y reconoce que “hay muchas reclamaciones infundadas y oportunidades de desinformación sobre el proceso de nuestras elecciones”. Además, llamó a la ciudadanía a confiar en las autoridades electorales del país.
En adición, el sitio web de CISA ha dedicado un sesión al “control de rumores”, donde han desmentido con hechos las afirmaciones especulativas de Trump sobre las elecciones.
Los analistas creían que Krebs iba a ser despedido por estas acciones, como finalmente ocurrió. La revista estadounidense Politico reportó que fuentes cercanas a Krebs dijeron que la declaración había provocado “ira” en la Casa Blanca.
El senador demócrata del estado de Virginia, Mark Warner, declaró que Krebs había hecho “un gran trabajo para proteger las elecciones de Estados Unidos”, y que el exdirector de CISA era uno de los pocos funcionarios de la administración Trump respetados tanto por los demócratas como por los republicanos.
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