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Tania Bruguera, una piedra en el zapato del régimen cubano

La dictadura necesita expatriar a Tania Bruguera porque piensa y desmenuza el totalitarismo con su INSTAR (Instituto de Artivismo Hannah Arend) que enseña a los cubanos, que se atreven, sus derechos civiles, a promover discusiones y a formar parte de un espacio alternativo donde personas con diferentes posiciones políticas puedan trabajar juntos para construir un ambiente democrático. ¡Letal para la jibarización cerebral que practica el poder!

Tania Bruguera © Facebook / Tania Bruguera
Tania Bruguera Foto © Facebook / Tania Bruguera

Este artículo es de hace 3 años

El coronel Alberto de la Contrainteligencia, mutado en turoperador, intentó vender a Tania Bruguera un pasaje sin regreso para cumplir el encargo de sus jefes y soñar con la mosca de General de Brigada en el cuello de su camisa verde oliva, mancillada por simulacros y atropellos; como el cometido contra la artista en un parque, donde los cubanos sensatos juegan, pasean y enamoran.

Tania Bruguera nació en 1968, año de Ofensiva Revolucionaria, que aniquiló los vestigios de propiedad privada y sumió a Cuba en una etapa de empobrecimiento, aún no superada, porque a la expropiación forzosa del granizadero y zapatero remendón sucedieron el Cordón de La Habana y la Zafra de los Diez Millones, hitos del voluntarismo destrozador del Comandante en Jefe.

Bruguera aprendió técnicas pictóricas en una escuela elemental en La Habana, se graduó en los Institutos Superior de Arte (ISA) y de Chicago, donde trabajó como profesora, entre 2003 y 2010, y -desde sus inicios- dotó a su obra de un sentido de cuestionamiento e indagación, obteniendo el reconocimiento de la crítica e importantes premios, como una Beca Guggenheim, el Meadows Prize (Dallas, Estados Unidos) y el Premio Príncipe Claus, entre otros, pero sufriendo la continua represión castrista.

El miedo y la torpeza del tardocastrismo han enredado la pita en víspera de Navidades y ha conseguido, en pocas horas, lo que lleva Tania Bruguera intentando hace años: Poner a los cubanos, intelectualidad guataca y represores incluidos, frente a su propia tragedia y limitaciones.

Miguel Barnet, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Amaury Pérez, Frank Fernández, Rafael Hernández y otros se han hecho un Nicolás Guillén durante el caso Padilla y permanecen callados o susurrantes frente a la ignominia que intenta aplastar el Movimiento San Isidro y la revuelta de parte de la ciudad letrada cubana.

Otros más débiles por la curda y chantajeados por caquitas guardadas en los archivos segurosos, como aretes que le faltan a la Luna, amagaron con camuflar la crisis presentándola como un descontento con funcionarios insensibles y desconectada de la huelga de hambre.

El tardocastrismo siempre tiene a mano un camarero maltratador, un administrador que es carne de Tras la huella, un burócrata que es carne de Acuse de recibo y un bobo solemne que se empeña en mostrar cada día su incapacidad y servilismo.

La dictadura necesita expatriar a Tania Bruguera porque piensa y desmenuza el totalitarismo con su INSTAR (Instituto de Artivismo Hannah Arend) que enseña a los cubanos, que se atreven, sus derechos civiles, a promover discusiones y a formar parte de un espacio alternativo donde personas con diferentes posiciones políticas puedan trabajar juntos para construir un ambiente democrático. ¡Letal para la jibarización cerebral que practica el poder!

La artista no padece de encarne alguno con el tardocastrismo, su mirada es transversal y atenta a todos los que sufren injusticia en el mundo, como demostró yéndose a vivir con una familia de cinco inmigrantes ilegales y sus hijos en un apartamento en Corona, Queens, para experimentar los problemas que encuentran al tratar de sobrevivir con sueldos bajos y sin seguro social, como parte de su trabajo en el Movimiento Inmigrante Internacional, patrocinado por el Queens Museum of Art y la organización sin fines de lucro Creative Time.

Bruguera involucró a un espacio en Nueva York que ofrecía talleres para inmigrantes, descubriendo que la mayoría de la gente que llegaba solicitaba clases de inglés o ayuda para encontrar trabajo o con temas legales; su trabajo fue un ejemplo del arte útil que abandera y que en 2013 propició la creación de un museo y una organización internacional, apoyados por el propio Queens Museum of Art y el Van Abbemuseum, en Eindhoven, al sur de Holanda.

La Contrainteligencia, haciendo honor a su nombre, propagará el enemigo rumor de que ambas instituciones son unidades enmascaradas de la CIA para socavar la revolución y el socialismo porque el castrismo residual está persuadido de que Cuba es suya y vive en la superstición de confundir patria y nación con una ideología, pueblo con súbditos incondicionales y maniobra para convertir al disidente en un apestado, incluso dentro de su propia familia.

El emigrado más cómodo para la casta verde oliva y enguayaberada es el gusañero ansioso de pacotilla y que evita disentir o solidarizarse con el apaleado, creyéndose a salvo de la OFICODA y la mirilla del G-2. Los bobos solemnes son útiles hasta después de muertos.

Por tanto, no tiene nada de extraño que Alberto el militar intente echar a Tania Bruguera del país, al que -obviamente- tendría complicado el regreso porque la llave de las fronteras cubanas son propiedad del absolutismo empobrecedor que, sabiéndose debilitado y miedoso, sigue sin querer leer las nuevas claves opositoras cubanas, que no huyen ni renuncian.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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