El Papa Francisco respondió a la carta de cubanos que apelaba a la intervención de Su Santidad por los huelguistas del Movimiento San Isidro desde finales del pasado año.
La misiva apostólica, fechada el 9 de diciembre y estampada con el sello de la Secretaría de Estado del Vaticano, está firmada por el Mons. L. Roberto Cona, asesor para Asuntos Generales, quien expresa cumplir “con el encargo de acusar recibo de su amable mensaje dirigido al Santo Padre, con el que le transmite una atenta carta de algunas personas, que le hacen presente una cuestión que les preocupa profundamente”.
El 24 de noviembre pasado, cinco cubanos enviaron una carta al Papa Francisco en la que pedían su “intervención urgente ante Dios y ante quienes juegan a ser Dios en el gobierno de La Habana” para evitar un desenlace fatal de la huelga de hambre en San Isidro y por el incremento de la represión en Cuba.
La carta al Papa fue entregada personalmente en el buzón del Vaticano por una cubana residente en Roma que procuró entonces dejar su dirección postal y solicitar respuesta de Su Santidad.
Por razones desconocidas, este acuse recibo del Vaticano fue entregado a esta cubana un mes después de fechado. Sin embargo, gracias a esta misiva sabemos hoy que “Su Santidad agradece esta muestra de cordial cercanía”, y asegura a los firmantes “un recuerdo en la oración por cuanto le ha sido manifestado y, de modo particular, por el amado pueblo cubano”.
El Santo Padre también “suplica que recen por él y su servicio a la Iglesia” y bendice a los firmantes “invocando la protección maternal de la Santísima Virgen María”.
El texto íntegro de la misiva apostólica con el mensaje del Papa se puede leer a continuación:
Vaticano, 9 de diciembre de 2020
Estimada en el Señor:
Cumplo con el encargo de acusar recibo de su amable mensaje dirigido al Santo Padre, con el que le transmite una atenta carta de algunas personas, que le hacen presente una cuestión que les preocupa profundamente.
Su Santidad agradece esta muestra de cordial cercanía y les asegura un recuerdo en la oración por cuanto le ha sido manifestado y, de modo particular, por el amado pueblo cubano. Con estos deseos, el Papa Francisco suplica que recen por él y su servicio a la Iglesia e, invocando la protección maternal de la Santísima Virgen María, les imparte complacido la Bendición Apostólica.
Aprovecho esta ocasión para expresarle el testimonio de mi consideración y estima en Cristo.
Mons. L. Roberto Cona
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