La red nacional de voluntarios Bienestar Animal de Cuba denunció este domingo, a través de su portal oficial, el incremento en el secuestro y tráfico de perros de raza en el país.
En el documento, la organización independiente detalla la presencia en Holguín, Camagüey y La Habana de grupos que secuestran perros de raza y esperan porque se declare una recompensa para devolverlos a sus dueños. Cuando no se da a conocer un premio a cambio, los secuestradores venden el animal en el mercado informal, los usan para peleas ilegales o como reproductores para el comercio de sus crías. Incluso, si el animal no responde a la pelea con suficiente agresividad o forma física, igualmente resulta útil como “sparring” o parte del entrenamiento de otros perros.
“En muchas ocasiones son los mismos que supuestamente “encuentran” a los animalitos los que los secuestran pensando en el premio a recibir y de una manera inescrupulosa y cruel mantienen retenidos a estos animales en condiciones paupérrimas, sometidos a un estrés tremendo y luego llegan como los “salvadores”, se llenan los bolsillos a costa del sufrimiento animal y de sus dueños”, explica BAC en su informe.
Aunque la red BAC manifiesta su desaprobación y exige todo el peso de la ley sobre los traficantes, en Cuba no existe un cuerpo de derechos y jurisprudencia que ampare a los animales.
Actualmente, Cuba se encuentra dentro de las pocas naciones que no reconocen la naturaleza legal, social y biológica de los animales, merecedora de derechos y protección.
Latinoamérica es una de las regiones más comprometidas con la defensa de la causa animalista. Más del 50% de sus países ha instaurado leyes respecto al cuidado y protección animal. Costa Rica, Colombia, México, Uruguay, Argentina, Brasil, Chile, República Dominicana, contemplan penas de hasta un año de cárcel por tráfico, tortura o maltrato animal.
En el caso de Cuba pareciera existir una resistencia a la aprobación y escritura de legislación sobre el tema, incluso cuando naciones como Brasil la contemplan desde 1998. Los activistas de BAC, y otros no articulados en organizaciones, son desoídos cuando denuncian desde las redes sociales las atrocidades de Zoonosis, de conductores de transportes tirados por caballos, o de personas aisladas que maltratan perros callejeros a diario.
En la última sesión de la Asamblea Nacional, el pasado diciembre, donde se discutía el Cronograma Legislativo para 2021, Oscar Manuel Silvera, ministro cubano de Justicia informó que el decreto de Bienestar Animal será sometido a aprobación en la reunión del Consejo de Estado correspondiente a febrero de 2021. Este mes de enero se cumple un año desde que el órgano legislativo cubano empezara a postergar la aprobación de la Ley.
En medio de un panorama mundial donde el antropocentrismo empieza a desarticularse dando paso a conductas pro ambientales y a pensamientos biosferistas, Cuba continúa anclada en un estado mental retrógrado, con dirigentes que defienden la supeditación de la naturaleza al hombre a costa, incluso, del sufrimiento desmedido e innecesario de un animal.
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