Las autoridades habaneras anunciaron este sábado varias medidas para “estabilizar la comercialización de pan” en la capital del país, según un reportaje del periódico Tribuna de La Habana.
El medio oficialista reconoció la “Inestabilidad en la venta de pan, largas colas para adquirirlo de forma liberada por baches en los horarios de salida del producto en las panaderías, tardanza en la llegada a los puntos de distribución y reventa del normado hasta tres veces su precio”.
Entre las medidas para paliar las dificultades, Abdelín González Mesa, directora de la Empresa Provincial de la Industria Alimentaria (EPIA), dijo al periódico habanero que las panaderías publicarán “de forma visible en todos los mostradores la cantidad de kilogramos para la venta liberada, unidades y surtidos que cada unidad debe producir y comercializar”.
Según González Mesa, “en las panaderías deben producirse cuatro variedades liberadas: pan de 50 gramos (80 centavos), de 100 gramos (1,60 pesos), flautín y bolsa de bases de pizza”, y el consumo diario de cada persona está regulado a no más de 400 gramos de pan para combatir la escasez.
Con la unificación monetaria, el pan normado de 50 gramos comenzó costando un peso, 20 veces su valor anterior. Pero, tras la creciente inconformidad ciudadana, el gobierno ha bajado 20 centavos su valor, aunque todavía lo deja 16 veces más caro que antes.
La funcionaria afirmó que las panaderías tenían que trabajar sus horarios completos de 7 de la mañana a 7 de la noche, así como los puntos de venta, con sus horas de descanso entre 12 y 4 de la tarde, pero que no podía acabarse el pan normado, como ocurre en muchos establecimientos antes de terminar la jornada.
“Hoy el nivel de afluencia de la población respecto a meses anteriores ha crecido, pero el pan normado de cada consumidor tiene que estar ahí hasta las siete de la noche”, subrayó.
La funcionaria agregó que el “50 % de las producciones será del formato más pequeño, de manera que haya más presencia en los mostradores y buscando una oferta con un precio inferior”, lo que en lugar de buscar un aumento de la producción, persigue una manera más equitativa de repartir los recursos.
Bajo esta lógica la EPIA propuso un nuevo producto consistente en panes de 31 gramos y un precio de 50 centavos que está a la espera de ser aprobado.
Por otra parte, la Empresa Cubana del Pan (ECP) que se encarga de toda la venta “liberada” con sus clásicos formatos de panes de corteza dura regulará las ventas por persona a 800 gramos diarios, lo que equivale a dos flautas de pan de 10 pesos o a cuatro de 5 pesos.
El director de la empresa, Javier Carrera Jorrín, dijo que en esta “coyuntura”, eufemismo que usa el gobierno para hablar de la crisis económica, la prioridad era que los panes salieran “cada una hora para tratar de mantener así un flujo más constante de producción en los mostradores y llegar a más clientes”.
A pesar de los deseos del funcionario, la empresa, sujeta a una economía estatal, sólo recibe “35 toneladas de harina que se convierten en 45 toneladas de pan, equivalente a unos 225 000 panes, lo que según las regulaciones de venta equivaldría a apenas unos 56 250 consumidores”, asegura el artículo.
Ambas empresas -EPIA y ECP- aseguraron estar tomando medidas que incluyen, como siempre, más controles e inspecciones, desde rondas nocturnas y matutinas para controlar la elaboración y la salida al público del pan hasta encuestas a la población.
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