Un joven cubano de 23 años fue condenado esta semana a tres años de privación de libertad por un tribunal de Versalles, en Francia, por haber cometido numerosos robos en restaurantes ubicados en todo el país.
El acusado, identificado solo por su nombre, José, fue juzgado y sentenciado el pasado miércoles por una serie de delitos contra al menos 24 personas, a las que sustrajo dinero, tarjetas de pago y efectos personales por valor de 10 mil euros.
José y su cómplice, otro cubano nombrado Augusto que ha sido requerido por la justicia, recorrieron los departamentos franceses de Yvelines, Hauts-de-Seine, Seine-et-Marne, Seine-Maritime, Seine-Saint-Denis, Val-d'Oise, Pas-de-Calais y otros, donde cometieron sus fechorías.
Según una información del portal web Actu, el 26 de agosto de 2020 una pareja denunció un hurto en un restaurante en la comuna de Trappes donde habían almorzado. Cuando el hombre se ausentó un instante, su esposa fue abordada por los dos ladrones. Uno de ellos le pidió una información en español y mientras ella trataba de entender, el otro aprovechó para llevarse dos bolsas.
Al ver las imágenes de las cámaras de vigilancia, la policía reconoció a los saqueadores: dos ciudadanos cubanos a los que se les buscaba por otros hechos similares. Aunque no conocían sus identidades, sabían que viajaban en un Peugeot 307 gris.
El 8 de septiembre el dúo volvió al mismo local, pero sus empleados los echaron a la calle. Antes de marcharse, un trabajador anotó el número de la matrícula. Con sus identidades y la geolocalización de los teléfonos inteligentes que habían sustraído, la policía logró ubicarlos en Saint-Denis.
El 15 de diciembre José fue arrestado, mientras su cómplice pudo escapar a Italia. Muchos artículos robados más 600 euros en efectivo fueron encontrados en la vivienda.
En el juicio, José pidió disculpas a las víctimas y alegó que robaba por necesidad.
“No tenía otras opciones porque no tengo trabajo y mi mujer gana 1.200 euros. Fuimos a restaurantes porque es más fácil. La gente presta menos atención”, expresó.
El tribunal atendió a la petición del fiscal y le impuso una sanción de tres años y la prohibición de viajar a Ile-de-France durante cinco años.
“Tus dificultades no justifican que tomes los frutos del trabajo de otros”, se escuchó decir en la sala al leer la sentencia.
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