El secretario de Transporte de Estados Unidos, Pete Buttigieg, dijo que mantiene conversaciones con autoridades del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) para evaluar la posibilidad de que el país exija una prueba negativa de COVID-19 en vuelos nacionales.
“Hay una conversación activa con el CDC en este momento. Lo que puedo decirle es que se va a guiar por los datos, por la ciencia, por la medicina y por la aportación de las personas que realmente van a tener que llevar a cabo esto”, declaró Buttigieg en el programa Axios on HBO.
Según Telemundo, Rochelle Walensky, la directora de los CDC, aseguró que la institución estaba considerando nuevas medidas con el fin de reforzar el control y la bioseguridad para detener la expansión del virus:
“Mientras más chequeos estemos haciendo en lugares donde las personas se están reuniendo, creo que detectaremos más [casos] asintomáticos de la enfermedad... hay más congregaciones que ocurren en los aeropuertos y en el grado que tengamos exámenes disponibles, [debemos] hacer las pruebas”, dijo.
Walensky también recomendó a las personas que no viajen, pero que, de hacerlo inevitablemente, esta sería una medida que pudiera detener la propagación del coronavirus.
Buttigieg indicó a CNN que la exigencia de una prueba negativa de COVID-19 era una medida “apropiada” para los viajeros internacionales, pero que en el caso de los vuelos domésticos las circunstancias eran distintas y que los CDC harían todo lo posible por “mantener a los estadounidenses seguros”.
No obstante, la respuesta de las aerolíneas nacionales no se ha hecho esperar, y compañías como Delta, American Airlines y Southwest Airlines han expresado su rechazo a las insinuaciones de las autoridades de la nación norteña.
El CEO de Southwest Airlines, Gary Kelly, expresó: "Si quieres poner a prueba a la gente, ponla a prueba, pero ponla a prueba antes de que vaya a la tienda de comestibles. Póngalos a prueba antes de que vayan a un restaurante. Póngalos a prueba antes de que vayan a un evento deportivo".
Después de casi un año de pandemia, las pérdidas de las compañías aéreas han sido billonarias, en lo que han considerado su peor periodo de la historia. La medida sepultará aún más las posibilidad de recuperarse, aseguraron las aerolíneas.
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